En los umbrales de sus 70 años de vida y 50 de deportista, el reconocido atleta fue homenajeado.
El sábado 22 de junio tuvo lugar en Ushuaia una maratón nocturna que llevó su nombre. Luego, en la cancha 4 del gimnasio Hugo Italo Favale, se realizó una muestra de los trofeos y medallas aquilatados a lo largo de las décadas por el fundador de la Asociación Atlética Weshikén, en competencias nacionales e internacionales.
Conmovido hasta las lágrimas, el atleta ushuaiense Victor Onofre Quiñimpera agradeció el homenaje que el Instituto Municipal del Deporte organizó, a modo de reconocimiento por su vasta trayectoria deportiva. Una vez finalizada la maratón nocturna que fue bautizada con su nombre, la noche del sábado último, el atleta compartió un grato momento en la cancha 4 del gimnasio Hugo Italo Favale con quienes pudieron asomarse a su historia a través de fotografías, recortes periodísticos, medallas y trofeos celosamente guardados.
Consultado sobre el motivo que lo llevó a elegir la consigna “Como el Ave Fénix”, inscripta en la camiseta que vistió durante el homenaje, Quiñimpera explicó que ello obedeció a que “a poco de cumplir mis 70 años de vida consideré que era el momento de resurgir de las cenizas, a modo de representación de un periodo de renacimiento en el que estuve apartado de la actividad deportiva.
Cuando mi madre se enfermó transcurrieron algunos años en los que como hijo único me dediqué exclusivamente a cuidarla. Salía de la casa lo mínimo indispensable y por ende no pude continuar haciéndome cargo de la Asociación Atlética Weshikén que habíamos fundado con otros atletas. Y aunque nadie tomó la posta, seguimos haciendo las reuniones de comisión directiva para que continuara en regla ante la IGJ. Y así fue quedando postergada la actividad hasta que durante una entrevista alguien me preguntó ¿por qué no corres? Y entonces me di cuenta que si bien voy a cumplir 70 años, estoy bien físicamente. Era el tiempo de volver a la pista”.
Las fotografías de los años `90, impresas en el antiguo semanario Prensa Libre, luego convertido en Diario Prensa Libre, muestran a un deportista muy joven y lleno de entusiasmo que no contrastan con el actual, enfervorizado por dos de sus pasiones: el fútbol y el atletismo: “Fueron realmente muchos años en el deporte. Casi 50, porque yo empecé primero con el fútbol. Ya de la cuna jugaba al fútbol, mi deporte preferido. Y después salió lo de correr. Era algo que me bailaba en la mente, que quería hacerlo. Así fui sobresaliendo en lo que era el Territorio Nacional de Tierra del Fuego y comencé a competir en Buenos Aires, después en otros lugares de Argentina y otras competencias más allá de las fronteras. Así me convertí en un deportista de élite, con alta performance, totalmente dedicado a
entrenar muy fuerte para sobresalir y para estar siempre en lo alto del podio, con los mejores”.
Pese a la lluvia, el frío o la nieve era frecuente cruzarse a Víctor hace algunas décadas atrás, corriendo incansable por la ciudad: “Es que ya lo dice el refrán. Llegar es fácil. El tema es mantenerse. Cuando vos llegás a la cúspide, digamos, cuando vos querés triunfar, para ser el mejor tenés que entrenar fuerte. Hay quienes quieren ganarte y vos tenés que estar en condiciones de ganarle a los demás. Eso solo lo conseguis con un entrenamiento constante, con rutinas diarias a cumplir dentro y fuera del gimnasio y con el orgullo de representar a tu provincia. Además hay que tener presente que lo mío siempre fue amateur y por amor al deporte.
Nadie te paga ni tampoco nadie te obliga a correr pese a las inclemencias, los dolores o los contratiempos propios de todo el mundo. Uno lo hace porque Dios te da una facultad, por el espíritu de superación y el ejemplo que pueda servirle a otros para que se esfuercen en alcanzar sus sueños”.
La muestra montada en la cancha 4 del gimnasio Hugo Italo Favale fue hecha en lo que Víctor considera su segundo hogar, ya que fue en la Municipalidad de Ushuaia en donde trabajó 30 años hasta el momento de jubilarse, 10 de los cuales, los últimos, los transcurrió en ese lugar. “Esta es mi segunda casa y el destino quiso que sea acá y en una fecha tan importante para mi ciudad, la Noche más Larga.
Les pude mostrar a mis vecinos y sobre todo a las nuevas generaciones, mis 40 carpetas referidas a la historia del atletismo local y los reconocimientos con los que me honraron a lo largo de tantos años de mi vida. Fue renacer, reencontrarme con mucha gente querida y seguir sintiendo la pasión y el compromiso con el deporte”.