78 científicos y el avión M55-Geophysica en la Antártida

78 científicos y el avión M55-Geophysica en la Antártida

La Antártida Argentina forma parte del patrimonio cultural e identitario de cada ciudadano de nuestro país, desde la infancia misma, cuando en las aulas se trabaja con la silueta cónica de un territorio que se sabe lejano, gélido y propio. En concordancia, forman parte del calendario de conmemoraciones fechas como el 22 de febrero, Día de la Antártida o el 21 de junio, en que se alude al Día de la Confraternidad Antártica.
Para ilustrar a nuestros lectores sobre la historia de aquel pedazo de suelo en el que un grupo de civiles y militares a diario ratifican soberanía con su presencia, Diario Prensa Libre invitó al especialista en temas antárticos, docente y militar retirado, Alejandro Bertotto, a compartir sus conocimientos. 

En el segundo trimestre del año 1999, la ciudad de Ushuaia y su flamante aeropuerto internacional se convirtió en centro de atracción de la actividad científica mundial, al recibir a la élite científica europea portadora del M-55 Geophysica, herramienta principal del proyecto APE-GAIA. Esta presencia en el confín de la tierra fue apoyada por el Instituto Antártico Argentino, que depositó en la Secretaría de Planeamiento a través de la Dirección Provincial de Antártida, la coordinación logística de los visitantes en Ushuaia.

El proyecto europeo APE-GAIA se desarrolló con la participación de 78 reconocidos especialistas, 30 de ellos de origen ruso, dedicados a estudiar los procesos físicos y químicos responsables de las pérdidas de ozono en la estratosfera polar, esto fue protagonizado por la estrella del experimento: el avión “estratosférico M55-Geophysica”, que la ex Unión Soviética utilizaba para realizar tareas de espionaje y que luego fue adaptado para el trabajo científico.

78 científicos y el avión M55-Geophysica en la Antártida

Se trata de una aeronave monoplaza que puede volar durante cinco horas hasta los 21.000 metros de altura y que realizó seis viajes en 35 días al «agujero de ozono» para obtener muestras de aire de la capa que protege a la Tierra de la radiación ultravioleta. Los especialistas aseguran que los rayos pueden afectar «no sólo formas de vida primarias, como el fitoplancton oceánico, sino directamente al hombre a través de enfermedades como el cáncer de piel”.

El plan Airbone Polar Experiment-Geophysica Aircraft in Antartica (APE-GAIA) ejecutó una campaña de mediciones en el continente blanco para «estudiar la química estratosférica e identificar los procesos químicos que forman el agujero de ozono y analizar las interacciones entre las masas de aire del vórtice y las recogidas en latitudes medias del hemisferio austral», siendo la primera misión en la región austral conducida por un avión con las características del M55-Geophysica.

La logística de la aeronave de 37 metros de envergadura y 23 de longitud, significó el replanteo del hangar de Gobierno en el aeropuerto y que debió modificarse, mientras que el casi centenar de visitantes se alojó en el hotel Las Lengas, en dos hangares y en la planta de combustibles durante más de 40 días.

En aquellos años, en el diario La Nación, el director provincial de Antártida, Alejandro Bertotto, decía del proyecto: «Tierra del Fuego se juega a convertirse en el umbral internacional de la investigación científica en el continente blanco».


 


Edición:

Diario Prensa
Noticias de:  Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.

http://www.diarioprensa.com.ar