DETERIORO COGNITIVO.
El deterioro cognitivo es un síndrome clínico caracterizado por la pérdida o el deterioro de las funciones mentales y neuropsicológicos, tales como la memoria, el sentido de orientación, la comprensión, la capacidad de calcular, el juicio, el lenguaje, el reconocimiento visual y la alteración de la conducta y la personalidad.
Visto como un síndrome geriátrico, es una alteración de cualquier dimensión de las funciones mentales superiores. Generalmente es multifactorial y las causas pueden obedecer a un déficit en la irrigación cerebral por envejecimiento de las arterias, depresión, déficit auditivo y visual, hipotiroidismo y/o efectos adversos de algunos medicamentos.
Este síndrome amerita una evaluación integral para determinar si el paciente cursa con demencia, o algún otro problema que pueda ser resuelto.
La demencia es un trastorno neurológico que se caracteriza por una pérdida adquirida de habilidades cognitivas y emocionales, y de suficiente severidad como para interferir con el funcionamiento social, ocupacional, o ambos.
El deterioro cognitivo y la demencia son entidades parecidas pero se deben de diferenciar por el grado de afectación en la alteración en la funcionalidad. Por ejemplo, el término “deterioro cognitivo leve” en la actualidad se utiliza para referir a las personas que presentan evidencia de deterioro principalmente de la memoria, o psicológicas pero que no reúnen criterios para demencia.
Este término también se utiliza para reconocer la fase transicional entre el envejecimiento habitual y la demencia en etapas tempranas. El deterioro cognitivo leve puede o no ser una manifestación temprana de demencia.
El deterioro cognitivo leve es una afección que hace que las personas tengan más problemas de memoria o alteraciones en el pensamiento que lo normal para alguien de su edad. Los síntomas de esta afección no son tan graves como los de la enfermedad de Alzheimer o alguna de las demencias relacionadas. Por lo general, las personas con deterioro cognitivo leve pueden cuidarse a sí mismas y realizar sus actividades diarias normales. Los síntomas relacionados con esta afección se sitúan entre los que se consideran cambios normales relacionados con la edad e incluyen por ejemplo perder cosas con frecuencia, olvidar asistir a actividades o citas importantes o tener más dificultad para expresar palabras que otras personas de la misma edad. Es común también que los familiares y los amigos de la persona se den cuenta de estos cambios.
Si usted o un ser querido presenta síntomas de esta afección, hable con su médico. Es posible que le realice pruebas y valoraciones médicas que le ayuden a determinar si la causa de sus problemas de memoria es algo que se puede tratar o si puede ser un deterioro cognitivo leve. Su médico también puede sugerirle que consulte a alguien que se especialice en el diagnóstico de trastornos de la memoria, como un neurólogo, un psiquiatra o un neuropsicólogo.
¿Qué causa el deterioro cognitivo leve?. Muchos factores pueden ocasionar alteraciones en la memoria y en el pensamiento. No hay una sola causa y es muy probable que se desarrolle a medida que una persona va envejeciendo. Aunque los cálculos aproximados varían, alrededor del 10% al 20% de las personas de más de 65 años de edad tienen esta afección y el riesgo aumenta cuanto más se va envejeciendo. Otros factores, como la genética y ciertas afecciones (diabetes, depresión y accidentes cerebrovasculares), pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
En ciertos casos, también algunas afecciones que son tratables pueden ocasionar alteraciones en la memoria y el pensamiento. Una mala reacción a un medicamento, problemas emocionales, el consumo excesivo de alcohol, coágulos de sangre, tumores en el cerebro o una lesión en la cabeza pueden causar graves problemas de memoria que podrían solucionarse con el tratamiento adecuado.
Aunque actualmente no existe ningún tratamiento o medicamento específico para el deterioro cognitivo leve, hay cosas que usted puede hacer y que podrían ayudarle a mantenerse saludable y a controlar los cambios en el pensamiento. Algo que puede beneficiar mucho su salud cerebral, por ejemplo, es mantener su mente activa. Los consejos siguientes pueden ayudarle a sentirse mejor, además de fortalecer la memoria:
•Siga una rutina diaria.
•Use herramientas para la memoria, como calendarios, listas de cosas que debe hacer y notas para sí mismo.
•Coloque objetos que usa con frecuencia en el mismo lugar todos los días.
•Aprenda una nueva destreza, estudie algún idioma, lea cosas que le atraigan, haga algún curso de pintura, música, o lo que a usted le guste.
•ofrézcase como voluntario en su comunidad, en una escuela, o en su iglesia u otro lugar de culto.
•Pase tiempo con sus familiares y amigos.
•Duerma lo suficiente, por lo general entre siete y ocho horas cada noche.
•Ejercítese y coma bien.
•No consuma mucho alcohol.
•Obtenga ayuda si se siente deprimido durante varias semanas seguidas.
Es posible que las personas con deterioro cognitivo leve se preocupen de que los problemas de memoria puedan avanzar hasta desarrollar la enfermedad de Alzheimer o alguna demencia relacionada. Debido a que el deterioro cognitivo leve puede ser un signo inicial de un problema de memoria más grave, es importante que visite a su médico cada 6 o 12 meses para seguir de cerca los cambios que ocurran con el tiempo en la memoria y el pensamiento.
Si los síntomas avanzan hasta desarrollar demencia, obtener un diagnóstico temprano puede ayudarle a usted y a su familia a prepararse para el futuro. Si bien no hay medicamentos para detener o revertir la enfermedad de Alzheimer o alguna demencia relacionada, sí hay fármacos que pueden ayudarle a retrasar ciertos síntomas, como la pérdida de la memoria y ciertos problemas de conducta.