Dos poderosos Chinook operaron en la Antártida pero solo regresó uno
La Antártida Argentina forma parte del patrimonio cultural e identitario de cada ciudadano de nuestro país, desde la infancia misma, cuando en las aulas se trabaja con la silueta cónica de un territorio que se sabe lejano, gélido y propio. En concordancia, forman parte del calendario de conmemoraciones fechas como el 22 de febrero, Día de la Antártida o el 21 de junio, en que se alude al Día de la Confraternidad Antártica. Para ilustrar a nuestros lectores sobre la historia de aquel pedazo de suelo en el que un grupo de civiles y militares a diario ratifican soberanía con su presencia, Diario Prensa Libre invitó al especialista en temas antárticos, docente y militar retirado, Alejandro Bertotto, a compartir sus conocimientos. |
El 30 de noviembre de 1980, alrededor de las 13, dos helicópteros Boeing-Vertol 308 Chinook, matriculas H-91 y H-92, despegaron desde Río Grande, Tierra del Fuego, para arribar después de 6 horas de vuelo a la Base Marambio, de la Antártida Argentina. En su ruta, había recibido apoyo meteorológico por parte del avión KC-130 Hércules, TC-70 de la Ia Brigada Aérea. El vuelo recorrió los 1.325 km que separan a la isla de Tierra del Fuego de la Antártida Argentina, sobrevoló el Cabo de Hornos y el peligroso Pasaje de Drake, y cumplió así la última etapa de una misión del tipo «ferry» de 3.387 km. El representante de la fábrica afirmaría tiempo después: «El vuelo a la Isla Marambio en la Antártida significó un logro singular de las dotaciones y los aparatos, ya que representó cubrir largas distancias bajo condiciones ambientales hostiles».
La base Marambio queda a aproximadamente 2.800 km del Polo Sur, por lo que cada Chinook llevó cuatro tanques de combustible adicionales para largo alcance, con una capacidad total de 2.400 galones. Estos tanques desmontables le confirieron a los Chinook autonomía operativa y les permitió volar a distancias anteriormente prohibidas para los aviones de ala fija. La altura de vuelo durante el cruce del peligroso Pasaje de Drake varió entre 500 y 2.000 pies sobre el nivel del mar, con el fin de evitar nubes cargadas de hielo mientras que la velocidad crucero promedio fue de 125 nudos.
Es importante destacar que el acceso a la pista de Marambio se realiza con aviones de transporte C-130 Hércules y con rompehielos solo durante los meses de verano, de noviembre hasta marzo. Los helicópteros, apostados en Marambio, en cambio, operaron en las distintas bases Antárticas, hicieron apoyo a grupos científicos de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), trabajos de aerofotografía y glaciología, y transportaron un total de 1.126 toneladas de carga y 293 pasajeros. El 7 de enero de 1981 un Chinook llegó a trasladar un generador de 2.500 kg desde Marambio hasta la Base Matienzo. Hasta 1982 cargaron y descargaron también un gran tonelaje de carga desde el Rompehielos Irizar hacia las distintas bases, trasladaron personal entre las mismas y de los campamentos científicos. El 6 de marzo de 1981 se efectuó inclusive una evacuación aeromédica de la estación Brown a la Base Marambio. Finalmente, el 28 de enero de 1982 se accidentó el H-92 con destrucción total, por lo que el 10 de abril de 1982 el helicóptero H-91 regresó solo, sin su par siniestrado, desde Marambio a Río Grande. Finalizaba así la aventura de los poderosos Chinook en la Antártida. Nunca más la Argentina volvió a llevar helicópteros pesados al continente blanco.