Luego de 18 días de detención en la Alcaidía de Ushuaia y en medio de una fuerte presión sindical. Cumplido el plazo de 10 días hábiles para expedirse y con el argumento de la existencia de riesgo de entorpecimiento de la investigación o fuga, finalmente el magistrado Federico Vidal permitió el jueves último que Ramón “Moncho” Calderón y Maximiliano Perpetto recuperaran la libertad.
El titular del Juzgado de Instrucción Nro. 3 del Distrito Judicial Sur, juez Federico Vidal, resolvió el jueves 14 de noviembre procesar a los gremialistas Maximiliano Bernabé Perpetto, del Sindicato de Guincheros y Ramón “Moncho” Calderón, de la CGT Ushuaia. Ambos referentes sindicales se encontraban detenidos desde la noche del sábado 26 de octubre y luego de que Perpetto efectuara cuatro disparos en el cierre de un acto del Partido Justicialista.
En esa ocasión, el gremialista guinchero le perforó con una bala la pierna derecha a Matías “Pipet” Nieto, integrante del gremio de Camioneros. En consecuencia, el juez Vidal procesó a Perpetto por la comisión de los delitos de “lesiones leves, abuso de armas y portación ilegítima de armas”.
El referente cegetista, en tanto, fue procesado por encubrimiento, al haber sido encontrado en un control de ruta, la noche de los incidentes, dirigiéndose a la ciudad de Río Grande junto a Perpetto.
La liberación de los dos sindicalistas se produjo horas después que unas 30 agrupaciones gremiales locales, provinciales y nacionales reclamaran a través de una solicitada, por considerar que la negativa del juez a la excarcelación no tenía sustento dado que se habían cumplido con todas las exigencias impuestas por al Justicia. Horas después de la manifestación pública, el magistrado les concedió a los dos detenidos la libertad pero bajo estrictas pautas de conducta.
Ambos deberán firmar a diario el libro de registro de la comisaría más cercana al domicilio, no podrán ausentarse de la ciudad sin previo pedido de autorización al Juzgado interviniente, no podrán estar en la vía pública después de las 23, ni embriagarse o verse involucrados en ningún tipo de incidente, además de tener completamente prohibido acercarse al camionero “Pipet”.
En caso de quebrantar alguna de las pautas, peligraría la continuidad del beneficio de esperar en libertad la sustanciación de la causa en la que ambos están imputados, con distinto grado de responsabilidad.