Llama “eterna” apagada y un zócalo desprendido y roto, entre otras muestras de abandono. Los residentes y los varios miles de turistas que visitan la Plaza Malvinas en ésta época, se encuentran con una desagradable y triste impresión: en el lugar en el que se honra el recuerdo de los caídos en la guerra de 1982 brilla la desidia.
La Plaza Malvinas de Ushuaia, ubicada en la zona costera de la capital fueguina, es un lugar diseñado para rendir homenaje a los soldados que dieron su vida en la guerra de 1982. En este espacio, la llama “eterna”, pensada para simbolizar el reconocimiento y el respeto hacia aquellos compatriotas, debería – como la palabra lo indica – arder ininterrumpidamente.
Sin embargo, se encuentra apagada desde hace largo tiempo, sumida en el inexistente mantenimiento general del emblemático sitio. Además de este doloroso olvido, el desprendimiento de un zócalo de marmolina negra que enmarca los nombres de los caídos agrava aún más la situación. Los pedazos rotos yacen en el suelo, cerca de las placas conmemorativas, como si a nadie le importara.
Además de la visita de los residentes, la Plaza Malvinas es un sitio de alta afluencia turística, especialmente en esta época del año. Varios miles de visitantes de todo el mundo llegan a Ushuaia, muchos de ellos interesados en conocer la historia de la guerra que enfrentó a Argentina con el Reino Unido. Sin embargo, lo que se encuentran es un lugar descuidado, sin la dignidad que la historia allí reflejada merece.
Es imperativo que se tome conciencia de la importancia de este espacio y se revierta el abandono que lo caracteriza. La Plaza Malvinas no solo es un espacio físico, sino un lugar donde se refleja el alma de un pueblo y en el que se recuerda y honra a quienes ofrendaron la vida por su país.