El hecho cobró gran notoriedad hace 2 años y 7 meses atrás, con la difusión de un video que se viralizó en las redes sociales y luego se extendió a la órbita judicial. Carla Kirstein lleva más de siete meses esperando que la Justicia homologue el acuerdo al que llegó con su ex esposo, el relator del Superior Tribunal Marcelo Guzmán. A pesar de haber desistido de la acción penal, el expediente sigue sin resolución por parte de la Fiscal de Género María Paula Schapochnik, mientras Kirstein solicita que el acuerdo se homologue “para poder avanzar con mi vida” – declaró.
Han pasado más de dos años y siete meses desde que Carla Kirstein, oriunda de Chaco y ex esposa del relator del Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego, Marcelo Guzmán, hizo pública una denuncia en las redes sociales por presunta violencia doméstica. A través de un post en su cuenta de Facebook, Kirstein acusó a Guzmán en agosto de 2022 de haberla golpeado durante una discusión en la que ella terminó cayendo de las escaleras de la casa familiar.
El caso, que rápidamente cobró gran notoriedad mediática, derivó en un proceso judicial en el que Guzmán fue apartado de su puesto en el Superior Tribunal de Justicia, aunque después de múltiples pericias, no se demostró que el funcionario judicial fuera el autor de las lesiones que exhibió Kirstein.
Desde el momento de la denuncia, las cosas cambiaron para Kirstein, que fijó su residencia en Chaco y luego se mudó a Uruguay, donde actualmente reside con su hija, fruto de su matrimonio con Guzmán. Hace algunos meses atrás la mujer se divorció del relator, inició una nueva relación y tomó distancias tanto de sus anteriores abogadas como de las referentes feministas locales que habían impulsado su causa. Así fue que rechazó la representación de las abogadas Fabiana Ríos y Cristina Echazú, y optó por la defensa del abogado chaqueño Edgardo Lobato, quien la patrocina actualmente.
Con esta nueva representación, Kirstein llegó a un acuerdo de partes con Guzmán, en el cual desistió de la acción penal. En este acuerdo, también dejó claro su deseo de desvincularse de las causas que la mantenían en disputa, tanto en la parte penal como civil. Sin embargo, el expediente 2.413/2024 sigue sin resolución. El principal obstáculo, según Kirstein, es la falta de resolución de la fiscal de género, María Paula Schapochnik, quien aún no ha homologado el convenio pese a tenerlo en su escritorio hace 7 meses.
El caso sin lugar a dudas tiene un tratamiento particular dentro de la esfera judicial dado que desde que se presentó el convenio de partes, el Centro de Atención a la Víctima se comunicó seis veces con Kirstein al Chaco y a Uruguay para preguntarle “¿está usted segura de lo que está haciendo?”. En cada comunicación la mujer se mantuvo en su decisión, requiriéndole a la fiscal que se expida al fin dado que ello significaría para la hija que con Guzmán tiene en común, una mejora en su calidad de vida, dado que el ingreso del relator está disminuido en tanto dure el proceso, y por ende, también la cuota alimentaria. Por otra parte Carla Kirstein espera que Schapochnik firme la homologación y deje de lado cualquier cuestión que en su ánimo la lleve a restringir su actuación debido a que su ex marido continúa formando parte de la Justicia fueguina. Al extinguirse la acción penal, se determina que nunca existió delito y por ende, al abogado imputado se le deberán abonar los haberes restringidos y reincorporarlo a su puesto, lo que podría ser un motivo de reticencia no ya de la fiscal sino de la cúpula máxima judicial, en desmedro de la voluntad de los principales actores de la causa.
Kirstein, por su parte, apeló a la sensibilidad de la fiscal María Paula Schapochnik y del jefe de fiscales, Eduardo Urquiza, para que se expidan, eleven los escritos correspondientes al Tribunal Oral y se concluya un expediente que, a su juicio, no tiene justificación para seguir estancado.
«Quiero dar vuelta la página y seguir con mi vida. Es tiempo de que se cierre el caso», remarcó la mujer, quien afirmó que la falta de una resolución definitiva por parte del Estado está afectando su bienestar y el de su hija.
«Es tiempo de que la justicia se expida y le permita a mi hija y a mí tener una vida más tranquila, sin tener que cargar con este peso emocional», concluyó la mujer, que ha pedido reiteradas veces por escrito que el expediente deje de dormir en un cajón de escritorio.