Preocupa en el Poder Judicial el accionar partidario del juez Loffler

AUNQUE LOS MAGISTRADOS TIENEN PROHIBIDO POR LEY INMISCUIRSE EN CUESTIONES PARTIDARIAS PARA GARANTIZAR SU IMPARCIALIDAD EN EL EJERCICIO DE SUS FUNCIONES, EL JUEZ DE LA CAMARA DE APELACIONES DE RIO GRANDE SE REUNIO EN SECRETO CON CONVENCIONALES DEL MPF, EN TOLHUIN.

La asociación del candidato a la gobernación y actual intendente de Río Grande, Gustavo Melella de FORJA, con el “clan Loffler”- publicada en una investigación especial – quedó confirmada al trascender la realización de un cónclave estrictamente reservado en una vivienda particular de la población mediterránea entre Ernesto “Nené” Loffler y referentes del MPF. En esa ocasión se fracturó el partido al negarse un amplio sector del MPF a apoyar a Melella y otro que consintió postular a la legisladora Mónica Urquiza como su compañera de fórmula.

Días antes de la reunión de la Convención del Movimiento Popular Fueguino que desencadenó una agria interna en ese partido, Diario Prensa pudo confirmar que se llevó a cabo en una vivienda particular de la loalidad de Tolhuin una reunión secreta entre algunos convencionales del MPF, el intendente de la ciudad de Río Grande y candidato a gobernador por FORJA, Gustavo Melella y el juez de la Cámara de Apelaciones Ernesto “Nené” Loffler.
El motivo del conclave fue tratar de convencer al actual concejal Ricardo Garramuño y a algunos covencionales mopofistas renuentes, de la “conveniencia” de impulsar a la actual legisladora Mónica Urquiza como vicegobernadora en la fórmula con Gustavo Melella.
“El apellido Garramuño tracciona electoralmente” – sostenían los estrategas que operaban a favor del ex seminarista, pero fracasaron en su intento. La férrea postura de los mopofistas que deseaban postular a un candidato propio a la gobernación para no ir como vagón de cola de un extrapartidario, frustró la posibilidad de lista única y provocó una división interna que terminó por dejar al “Garrita” postergado y hasta impedido de entrar a la sede partidaria por un sorpresivo cambio de cerraduras, revelaría luego el concejal.
La reunión , efectuada con gran reserva en una casa del pueblo que está a medio camino entre Ushuaia y Rio Grande, contó con la presencia de un representante del Poder Judicial de Tierra del Fuego, en franca violación de lo que estipula el artículo 148 de la Constitución Provincial: “Los magistrados y funcionarios del Poder Judicial NO PODRAN INTERVENIR EN ACTIVIDADES POLÍTICAS, ni realizar actos que comprometan la imparcialidad con que deben actuar en el cumplimiento de sus funciones. No podrán desempeñar otros empleos públicos o privados salvo la docencia, ni ejercer profesión, comercio o industria, o comisión de carácter político nacional, provincial o municipal”.
Al respecto la Federación Argentina de la Magistratura (FAM), al cual todo los miembros judiciales están adheridos, estableció el 29 de marzo último un dictamen con las siguientes consideraciones: “La independencia judicial, concebida como garantía de la ciudadanía y del sistema democrático, es un valor que corresponde resguardar prioritariamente con acciones institucionales desde los tres poderes del Estado a fin de preservar la no interferencia en los procesos judiciales, de los otros poderes, de sectores políticos o demás agentes económicos y sociales. Es necesario profundizar la división de poderes y evitar la injerencia del poder político sobre el poder judicial”.
En este caso parece ser al revés.

Varios colegas del camarista Ernesto “Nené” Loffler expresaron a Diario Prensa su preocupación por el accionar del magistrado ante el compromiso partidario que demostró en esa reunión política en Tolhuin con el candidato a gobernador e intendente riograndense y con representantes del MPF. La novedad llegó a oídos de la estructura jerárquica judicial quienes ven con malos ojos que uno de sus integrantes esté poniendo en duda con su accionar la independencia de poderes como lo marca la Carta Magna provincial y la imagen que debe tener la institución teniendo en cuenta los tiempos electorales que transita Tierra del Fuego en estos días.
Al parecer, la camiseta del MPF que lleva puesta “Nené” Loffler es más fuerte que la exigencia de imparcialidad que le impone su cargo de juez. Baste mencionar que en su historial consta su paso por la Cámara de Diputados de la Nación, en donde ocupó una banca por ese partido en el periodo 1997 – 2001 y su desempeño mucho menos honroso, como síndico de HIFUSA. La empresa Hidrocarburos Fueguinos SA, fue considerada “fantasma” porque demandó 12 millones de dólares constituirla pero nunca funcionó. Esto ocurrió durante la gestión gubernamental de José Arturo Estabillo, primer y único gobernador que el Movimiento Popular Fueguino logró posicionar desde la creación de la provincia hasta la fecha. Loffler y otros funcionarios mopofistas de la época terminaron por quedar indemnes en la causa judicial por HIFUSA, dado que la misma prescribió.

UN CLAN DE TRES

¿A quién se refiere el medio capitalino cuando dice que “el clan Loffler” apuntala la candidatura de Gustavo Melella?. Al juez Ernesto “Nené” Loffler y a dos de sus hermanos: “Loly” y Guillermo. El primero es el legislador mopofista Damián Loffler, quien se postula para un quinto período en la Legislatura fueguina sin que se le conozca ningún proyecto de ley que le haya mejorado la calidad de vida a la ciudadanía y el segundo, el abogado y representante legal de la empresa constructora Zimentar SRl, una de las empresas favoritas del intendente Gustavo Melella a la hora de contratar. Esto se hace constar en el expediente judicial que tiene a Melella como denunciado por el abogado Francisco “Paco” Gimenez, en el que se sostiene que “ el 73% de las licitaciones públicas realizadas por el Municipio de Río Grande entre 2012 y 2019, por un monto de $142,3 millones, y el 54% de las licitaciones privadas, por otros $118 millones, fueron adjudicadas a tres empresas vinculadas a la administración municipal: Zimentar SRL, Dapco SRL y Constructora Patagonia SRL.
A su vez, Zimentar y Constructora Patagonia se quedaron con el 81% de las contrataciones directas en el mismo período, por un valor de $53,2 millones”.
¿Y cuál sería la contraprestación, que según el abogado Giménez le daría “el clan Loffler” a Melella en caso de que llegue a ser gobernador el próximo domingo 16 de junio?: La tranquilidad de que la causa caratulada “Gustavo Melella sobre presunto abuso sexual coactivo”, mediante la cual tres sujetos vinculados a la construcción denunciaron al jefe comunal el año pasado, no llegue a ninguna parte.
¿Y cómo se lograría que se concretara esta hipótesis?
En que los allegados de mayor confianza del juez Loffler no tienen reparos en comentar que él desea coronar su carrera judicial como integrante del Superior Tribunal de Justicia, máxima expresión de poder desde donde se puede influir para que algunas cuestiones avancen o se ralenticen al punto de la parálisis.
Tampoco es un secreto que la ingeniería de ese ascenso de juez de Cámara a integrante de un Superior Tribunal podría contemplar el “desplazamiento” de uno de los miembros que no goza de la simpatía de Loffler, dado que “tribunal” no es equivalente a cuatro… Pero eso sería una tarea de mayor complejidad que dejaría ánimos heridos por lo que la creación de un “cuarteto”, o sea la integración de un cuarto juez a los tres actuales, sería la salida más airosa y feliz para todos.
Para la concreción de este anhelo, quien desee trepar hasta las altas cumbres judiciales, necesita ineludiblemente de la anuencia del gobernador, adonde entraría a tallar Gustavo Melella en caso de ser electo en dos semanas.

¿FICCION? ¡NO! HISTORIA PURA

Bien se dice que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, a lo que habría que agregar “y de cuyas andanzas no se acuerdan…”.
Si todas las señales de alarma que suenan por estos días en torno al accionar de uno de los integrantes del Poder Judicial, el que se supone independiente y respetuoso de los demás poderes sobre los que se sustenta el sistema democrático, no son suficientes, baste ir algunos años hacia atrás y comprobar cómo la mujer de la venda en los ojos fue ultrajada y vilipendiada más de una vez.
Fue en 1999 cuando por la Ley 460 se jubiló compulsivamente y descabezó a la cúpula judicial, para reemplazarla por otros magistrados afines a las ideas políticas del gobernador de turno, el justicialista Carlos Manfredotti.
En aquellos tiempos la tarea sucia la ejecutó el gobernador que a los tumbos terminaba su mandato, el mopofista José Arturo Estabillo, quien negoció puertas adentro de su despacho una salida decorosa por la puerta de adelante y no vergonzante por la de atrás, con el nuevo mandatario, a cambio de firmar la rebaja del 30% de los sueldos a los empleados públicos y del mismo porcentaje a los proveedores.
Hace veinte años atrás Estabillo le dejaba así allanado el camino al gobernador entrante a cambio de no tener cuestionamientos judiciales sobre su administración de ocho años, dos períodos consecutivos, plagada de derroches e irregularidades. El acuerdo se respetó ya que Estabillo nunca fue llamado a los estrados de la Justicia a explicar cómo fue el primer gobernador de la recién nacida provincia que llegó con el pan de la solvencia debajo del brazo y la entregó fundida.
Si la reunión de un juez de Cámara con referentes políticos en plena campaña electoral cerrando un acuerdo partidario, con la presencia de uno de los candidatos a gobernador, a días de una elección provincial, no es una injerencia del poder judicial sobre otro, el Ejecutivo, nos preguntamos entonces qué es. O bien se reformó la Constitución Provincial, que acaba de cumplir 28 años justamente el 1ero de junio último y nadie avisó…

Por Mariel Fitz Patrick y Nicolás Pizzi

Luego de las denuncias por presuntos acoso y abuso sexual reveladas por Infobae hace dos semanas, el intendente de Río Grande, Gustavo Melella, apuesta a blindarse políticamente a partir de una alianza con el “clan Loffler”, una familia tradicional de esa ciudad que lidera un sector del Movimiento Popular Fueguino (Mopof) y tiene fuerte injerencia en todos los poderes, especialmente en la Justicia, donde ahora se debate la suerte del jefe comunal.
Hasta que se conocieron las tres denuncias judiciales de obreros de la construcción en su contra, Melella se encaminaba a lanzarse como candidato a gobernador para enfrentar a la actual mandataria, Rosana Bertone, que aspira a la reelección.
“Los Loffler” son cinco hermanos, pero los que más se destacan en el ámbito público son Ernesto “Nené” Loffler, integrante de la Sala Civil de la Cámara de Apelaciones de Río Grande, y Damián “Loli” Loffler, legislador provincial desde hace 20 años. “Ernesto es el intelectual de la familia, el más pensante, Damián es el que ejecuta”, grafica un dirigente local que prefiere hablar en off the record.
El padre de los Loffler, Julio Ernesto, murió en un accidente aéreo en mayo de 1984, cuando viajaba a bordo del avión de la gobernación de Tierra del Fuego junto al entonces gobernador, Ramón Trejo Noel, y parte de su gabinete. En el accidente murieron 12 personas. Loffler padre era legislador en ese entonces.
De larga data en Tierra del Fuego, “Loli” Loffler es el referente del Mopof de Río Grande. “Va por su quinto mandato consecutivo, tiene mucho poder como legislador; ubicó gente en todos lados”, señala un empresario local. El Mopof jugó con el Frente Renovador, de Sergio Massa, en las elecciones de 2015, y apoyó para gobernador al radical Federico Sciurano, dos veces intendente de Ushuaia.
En la actualidad, “Loli” Loffler está enfrentado a la gobernadora Bertone, alineada con el PJ. Algo similar ocurre con el intendente de Río Grande. De hecho, su primera reacción antes las denuncias judiciales fue apuntarle a Bertone. “En el enfrentamiento de los Loffler con Bertone, Melella es un ariete”, analiza un conocedor de la política local.
Melella es un ex radical devenido en kirchnerista, que fue reelecto en la intendencia en 2015 por Concertación FORJA. El periodista y corresponsal de la agencia Télam en Ushuaia, Gabriel Ramonet, y autor del libro Justicia Adicta. Breve historia del Poder Judicial en Tierra del Fuego, analiza: “Ante la alianza de Bertone con el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, que es de La Cámpora, Melella buscó una alianza con la otra fuerza que tiene peso en la provincia, el Mopof, que representa a la burguesía fueguina”.
Consultado por Infobae, “Loli” Loffler consideró “muy prematuro hablar de candidaturas a esta altura”. Dijo desconocer “si el Mopof cerrará un acuerdo con Melella” y aclaró que “la política de alianzas la deberá resolver la convención del partido”. Sin embargo, hizo explícitas sus críticas a Bertone: “La gobernadora no ha sabido negociar cosas importantes para nuestra industria, y hoy Tierra del Fuego no está bien”.
En relación a las acusaciones contra Melella por acoso y abuso sexual, se mostró preocupado “como cualquier vecino de Río Grande”, pero advirtió que “ahora es la Justicia la que debe resolver”.

Los hilos de la Justicia local

La Justicia es el ámbito donde se mueve, desde hace más de una década, su hermano Ernesto Loffler, el camarista de la familia. En Tierra del Fuego nadie desconoce que maneja un sector de la Justicia de Río Grande. Sus comienzos están asociados a la política. Fue electo concejal en 1995, y luego diputado nacional entre 1997 y 2001. En ese entonces, estuvo imputado en el escándalo de la firma Hidrocarburos Fueguinos SA, la fallida destilería de petróleo que quiso instalar el Mopof cuando fue gobierno en los 90. Este expediente llegó a la Corte Suprema y finalmente prescribió.
En 2005, saltó al Poder Judicial, al ser designado camarista por el Consejo de la Magistratura. Su nombramiento estuvo rodeado de polémica, ya que desplazó a la que era una de las candidatas con más chances, la jueza de Río Grande Silvia Herraez. Para acceder al puesto, debió sortear una cautelar presentada por el abogado Carlos Andino, marido de Herraez, en representación de cuatro impugnantes.
Sin embargo, varios le reconocen “solvencia desde lo jurídico” y todos coinciden en sus aspiraciones para llegar al Supremo Tribunal de Justicia de la provincia, un puesto para el que se requiere contar con el favor del gobernador de turno.

Negocios más allá de la política

En Río Grande, hay varias voces que advierten que la vinculación de los Loffler con Melella excede la política. Concretamente, apuntan a la empresa Zimentar SRL, y los contratos que obtuvo esta constructora con la Municipalidad de Río Grande, aunque también con la de Ushuaia. Esta firma se creó en 2012, un año después de la llegada de Melella a la intendencia.
Según los Boletines deiciales de Río Grande analizados por Infobae, de 2014 a la fecha, a Zimentar SRL le fueron adjudicadas por la gestión de Melella obras por $131 millones, en su gran mayoría, trabajos de pavimentación de calles de la Ciudad.
En los papeles, como accionista de Zimentar figura al menos por 9 meses, “Loli” Loffler. Según el expediente de Zimentar en la IGJ local, al que tuvo acceso este medio, en el acta de reunión de socios Nº 1 figura la cesión por parte de Zapata “a título oneroso” del 25% de las acciones a favor del legislador provincial, fechada 5 de noviembre de 2012. Pero casi un año después, según el acta Nº 4, del 29 de julio del 2013, Zapata le pide a la IGJ dejar sin efecto esa única acta, a lo que el organismo accedió. Loli “Loffler” dejó, entonces, de figurar como socio de la constructora.
“No es así, no puede ser, yo no firmé nada”, respondió “Loli” Loffler cuando lo consultó Infobae por este tema. Zapata también lo negó en un primer momento, pero luego sostuvo que le ofreció “el 30% de Zimentar” y que “luego dio de baja el acta porque Loffler no puso el dinero convenido”.
El legislador sí admitió ser socio desde 2015 de Zapata en otra firma, Cafeto Austral SRL, que explota la franquicia del Café Martínez de Río Grande. Según Zapata, este negocio en común, los distanció.
“Loli” no es el único de la familia que incursionó en el rubro de las cafeterías. Su hermano Matías tiene la franquicia del Café Balcarce en Río Grande y otro en Ushuaia.
Zapata es además dueño de Deolinda SRL, la empresa que se quedó con una valiosa estancia ahora en disputa. El abogado de Zapata en este litigio judicial es otro de los hermanos, Guillermo Loffler, quien maneja el bufete familiar y es titular de un Registro de la Propiedad Automotor en Río Grande, ubicado en la calle Perito Moreno, al lado del estudio jurídico.
En la misma dirección del estudio funciona también Austral Recovery SRL, la empresa de los Loffler dedicada a las cobranzas judiciales y extrajudiciales, creada en 2004 por “Nené” y su esposa Marilina Henninger.
Cuando Infobae se contactó con Ernesto Loffler, el camarista se encargó de remarcar que no tiene ninguna denuncia penal ni investigación en su contra. “Dicté más de 5.000 sentencias en 12 años, y jamás me cuestionaron”, dijo. Y destacó sus antecedentes como magistrado y docente universitario.


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