LO ANUNCIO EL SUBSECRETARIO DE DEPORTES DEL MUNICIPIO DE RIO GRANDE.
Luego de que G.S.G., de 35 años de edad, denunciara ante la Comisaría de Género y Familia, el pasado jueves 6 de junio, que su hija N.B.A., de 15 años de edad, había sido abusada sexualmente por un guardavidas en el natatorio municipal Eva Perón, de la ciudad de Río Grande, el empleado acusado fue apartado preventivamente de sus funciones.
El hecho se encuentra en plena etapa de sustanciación en el Juzgado de Instrucción Nro. 2 a cargo del magistrado Raúl Nadím Sahade, en donde el expediente fue caratulado en principio “abuso sexual simple”.
LA IMPUTACION
Según consta en la causa, la madre de la menor N., dijo que acudió al natatorio Eva Perón junto a su hija y su pareja a aproximadamente las 9 de la mañana, en donde su hija tenía previsto participar en un torneo deportivo. Relató que la niña debía realizar nados con otras tres compañeras y que terminada la pasada salió del agua porque a otra de las competidoras, de nombre Y. S., se le había acalambrado una pierna. Mientras estaban paradas al costado de la pileta y N., intentaba aliviar a su amiga realizándole masajes notaron que eran observadas por el guardavidas, el que momentos después se les acercó.
La denunciante agregó que su hija le relató que el hombre les recomendó que fueran a la colchoneta a elongar, que no se fueran del lugar porque se iban a entregar medallas y diplomas a los participantes del torneo y que se iba a servir una chocolatada. El hombre permaneció observándolas y cuando ellas fueron a la colchoneta volvió a acercárseles pidiéndoles que lo acompañaran al cuarto de los guardavidas, ya que notó que Y.S., se sentía mal. En el interior de la habitación en la que los empleados del lugar guardan sus pertenencias en lockers, el sujeto le suministró un sobre de azúcar a Y., mandándola a bañarse porque “el agua caliente te va a ayudar a que te descontractures y te sientas mejor”.
Y., así lo hizo, quedándose N., sola con él. El guardavidas entonces le habría dicho, según reveló la niña a su madre: “Vos también tenés que elongar porque nadaste mucho”. Entonces, relató, él se puso detrás, la tomó de los brazos, juntándoselos y comenzó a masajearle la espalda, los omóplatos, hasta llegar a la cintura. En un cierto momento la giró hasta tenerla enfrentada, acercándola y abrazándola, haciendo el movimiento para levantarla hasta hacerle sonar la espalda. En esa instancia, la niña contó que el hombre mientras la tenía suspendida en el aire, inmovilizada, comenzó a darle besos en la boca, intentando introducirle su lengua. Luego le preguntó “¿Te gustó? Porque vos sos re linda y encima nadas re bien” a lo que la menor dijo haber respondido que no, que él era un hombre mayor y que ella tenía novio.
Después, N., dijo que pudo zafar de la situación y que se encaminó rápidamente a la zona de vestuarios a reunirse con sus amigas L. N de 16 años, D. G y Y. S, de la misma edad a quienes les contó llorando lo sucedido. Ellas le aconsejaron que pidiera ayuda y contara a las autoridades del natatorio lo vivido. Como en el lugar se encontraba la mamá y su pareja, la chica les contó lo que le había pasado, por lo que la mujer fue a entrevistarse con la persona responsable del natatorio, a quien identificó como Matías Federico Runín. El secretario de Participación y Gestión Ciudadana del Municipio de Río Grande, le suministró la identidad del guardavidas, información con la cual la mujer se dirigió a la dependencia policial a radicar formalmente la denuncia.
EL IMPUTADO
El guardavidas denunciado en la Comisaría de Género y Familia por la madre de la nadadora presuntamente abusada fue identificado en sede policial con el nombre que le facilitó Runín: Lucas Bertolotti. La mujer dijo además que ella estuvo presente durante toda la competencia deportiva en el sector del público observando el desempeño de su hija y que le llamó la atención que al finalizar cada prueba el guardavida festejara los logros de la niña, muy efusivamente, aunque lo atribuyó a que era la manera de ser del bañero municipal.
Cuando su hija se acercó a ella y a su pareja con lágrimas en los ojos, señalando al guardavidas como su abusador, ella se dirigió al agente municipal para recriminarle su proceder, produciéndose un agrio intercambio de palabras en el que la mujer se sintió agredida.
El hombre, de pelo canoso y unos 50 años de edad, se venía desempeñando en el Municipio de Río Grande desde hace casi medio año en calidad de contratado. El contrato cuenta con la firma del gerente ejecutivo de la Agencia de Deportes y Juventud, profesor Diego Lasalle y establece que Bertolotti debía prestar servicios desde el 1ero de enero de 2019 hasta el 30 de junio del mismo año.
Fuentes cercanas a la órbita municipal consignaron que existe preocupación por el giro que tomen las actuaciones impulsadas por la madre de la niña, dado que no consta en el legajo de Bertolotti el certificado psicotécnico de rigor que lo habilite a desempeñarse con menores.
El mismo día en que G.S.G., radicó la denuncia policial (su identidad está vedada de publicar para evitar la estigmatización de la presunta víctima por acercamiento de nombre parental), se giraron las actuaciones a la Justicia, recayendo el caso en el Juzgado de Instrucción Nro 2 del Distrito Judicial Sur, a cargo del magistrado Raúl Nadim Sahade.
El juez notificó de derechos y garantías a Bertolotti y la prohibición de acercamiento que deberá observar en cuanto a la denunciante y su círculo familiar. Además deberá estar a la espera de ser convocado a prestar declaración a la que tendrá que concurrir acompañado por un abogado, para ejercer su defensa.
Consultado por sus superiores acerca de las acusaciones de la madre de la niña, Bertolotti negó los hechos relatados por la menor y dijo que esa situación nunca existió, decidiendo no obstante las autoridades responsables del natatorio apartarlo preventivamente del cargo de guardavidas, cuyo contrato iba a expirar a fin de mes.
El funcionario municipal Carlos Turdó, por su parte, sostuvo al ser consultado por la prensa que “nos hemos puesto a disposición tanto de la Justicia como de la menor y su familia. Este tipo de hechos es grave, más aún cuando la víctima es menor de edad”.
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