QUEDO INMEDIATAMENTE DETENIDO POR CONSIDERAR LOS JUECES QUE EXISTIA RIESGO DE QUE CRISTIAN ABEL VAZQUEZ SE FUGARA.
En la ciudad de Río Grande, el Tribunal Oral en lo Criminal aplicó ayer al ex sacerdote, la pena solicitada por la fiscal de la causa. Es el primer caso en la historia de Tierra del Fuego en que un miembro del clero es condenado por abuso sexual agravado dada su condición de ministro de culto. Ante los jueces, dijo: “Soy inocente”.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte condenó ayer miércoles al ex sacerdote de 39 años identificado como Cristian Vázquez a cumplir la pena de 11 años de prisión por hallarlo culpable de los delitos de abuso sexual simple (en dos hechos) en concurso real con abuso sexual agravado por acceso carnal (un hecho) todos agravados por tratarse de un ministro de culto.
El condenado llegó al juicio en libertad pero tras la lectura del veredicto del tribunal compuesto por los jueces Daniel Ernesto Borrone, Juan José Varela y Eduardo López, quedó detenido.
La fiscal Laura Urquiza había solicitado la pena de 11 años de cárcel y que se dispusiera la inmediata detención del ex sacerdote, a lo cual el Tribunal accedió. Los jueces consideraron razonables los argumentos brindados por la fiscal acerca del riesgo de fuga que implicaba que Vázquez no contara con domicilio fijo en la ciudad de Río Grande, que no tuviera trabajo, ni familia, ni arraigo en la localidad.
Por su parte, en los alegatos la querella, a cargo del abogado Francisco Ibarra había solicitado 16 años de prisión y el abogado defensor Javier Da Fonseca había solicitado la absolución de su defendido, por considerar que no había pruebas para condenarlo.
Antes de escuchar el veredicto, el ex sacerdote se dirigió a los jueces y ratificó su inocencia ante el Tribunal: “Soy inocente”, sostuvo, sin poder disimular su nerviosismo.
El ex sacerdote fue llevado a juicio acusado de haber abusado sexualmente de una joven de 13 años -que hoy tiene 18 años y que está embarazada-, en tres oportunidades en 2013, cuando se desempeñaba como párroco de una reconocida iglesia de la ciudad.
Vázquez negó ante los integrantes del Tribunal los cargos formulados por la fiscal, consistentes en “haber tocado a la menor en sus partes íntimas, aprovechándose de su inmadurez sexual y sin su consentimiento, en dos ocasiones, mientras que en una oportunidad concretó el abuso con acceso carnal, valiéndose de amenazas y violencia física”.
Es de destacar que Vázquez fue separado del cargo eclesiástico por el obispado de Río Gallegos poco después de la denuncia.
LICENCIA PARA PONERSE DE NOVIO
Entretelones de una sórdida historia de pasiones
El cura Cristian Vázquez había solicitado una licencia ministerial y eclesiástica en el año 2013, atribulado por conflictos existenciales acerca de su vocación sacerdotal. En ese tiempo conoció a una mujer, con la que se relacionó sentimentalmente. Esa mujer es la madre de la menor que aparece como víctima de abuso sexual agravado en la causa que tiene como imputado al ex integrante del clero, apartado finalmente de su investidura por el Obispado de Río Gallegos al que responde la Diócesis riograndense. Esa mujer estuvo ayer en el edificio judicial del ex campamento de YPF para escuchar el veredicto. Su hija, la víctima, se excusó por estar atravesando los últimos meses de su embarazo y encontrarse muy sensible anímicamente.
La investigación fue iniciada a partir de que la menor le confesara a su progenitora, a sus 16 años de edad, es decir a casi tres años de cometidos los presuntos abusos, que el ex sacerdote había abusado sexualmente de ella en ocasión de visitarlo en su casa, en más de una ocasión.
Fuentes allegadas a la investigación revelaron a Diario Prensa que la madre y la niña solían concurrir a la capilla Virgen del Carmen, sita en la calle Don Bosco 894, en la ciudad de Río Grande, lugar en el que comenzaron a relacionarse afectivamente con el clérigo. Luego, Cristian Vázquez habría solicitado una licencia en el ejercicio de sus votos de fe para reconsiderar su adhesión a la doctrina religiosa, tiempo en el que habría mantenido un vínculo sentimental con la mujer. Vázquez dejó los hábitos durante un año y después regresó a desempeñarse nuevamente como sacerdote pero en la ciudad santacruceña de Caleta Olivia. Antes de irse de Río Grande le dejó una carta a la familia de la joven en la que le pedía perdón, especialmente a la víctima.
Luego de irse Cristian Vázquez de la provincia, la menor fue internada por intentar suicidarse. Quebrada psicológica y físicamente, la jovencita le contó a su madre que Vázquez la había manoseado en sus partes íntimas en diciembre de 2012 y en febrero de 2013 en el habitáculo de un automóvil perteneciente a la iglesia. También relató que en el domicilio del ahora cura condenado, en el barrio de Chacra II, en la calle Anadón, el párroco la sometió sexualmente. Lo mismo le dijo a su psicóloga, en palabras, datos y fechas coincidentes.
Por esa razón, con fecha 6 de octubre de 2017, el juez Daniel Cesari Hernández, dictó el procesamiento de Cristian Vázquez al entender que existía el grado de sospecha exigido en la etapa de instrucción, que permitía considerarlo prima facie, autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante (dos hechos), y con acceso carnal (un hecho), todos agravados por la calidad de religioso del autor.
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