¡Ramón querido! Finalmente Dios decidió que dejes ese cuerpo que quedó destruido luego del paso de este bicho que nos está limitando y afectando a todo el mundo. Estoy seguro que ya no sientes ningún tipo de dolor y que ya estás en un lugar con mucha paz. La vida hizo que nos conociéramos en una situacion muy rara, pero creo que hice lo correcto por vos. No merecías terminar así, tan solo.
Siento mucha bronca porque pasó lo que tanto quise evitar, por la forma en que terminaste tu vida, no me parece justo, pero nadie puede elegir su final ni el de nadie.
A 22 provincias de distancia, me quedo con las ganas de despedir tus restos, pero tu recuerdo y, sobre todo esos minutos de charlas, quedarán siempre presentes.
Ojala el pueblo de Ushuaia, su feria artesanal, recuerden tus 20 años trabajando allí.
Cristian Duarte
Diario Prensa
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y toda Tierra del Fuego.