Cadena de favores en Tierra del Fuego.
Anoche, a eso de las 22:50, regresaba a mi casa por Magallanes caminando tranka.
En el camino, me crucé con un chico de los que trabajan en «Pedidos Ya». Iba caminando como desorientado. A esa altura de Magallanes me pareció lógico porque yo tambien me perdería. A los 20 metros de cruzarlo vi que había dejado su bici apoyada en un poste. Andaba sin cadenas…muy osado – pensé.
Caminé unos metros y algo me dijo que volviera. Al girar sobre mis pasos y retomar el camino, lo vi buscando algo debajo de un auto. Me acerqué y le pregunté si le había pasado algo…. y me respondió que había perdido su telefono, que en la esquina anterior lo sacó para ver el domicilio de entrega y que ahora ya no lo tenía.
Le dije que entregara el pedido, que yo cuidaría mientras su bici y que luego buscaríamos el celular. Me respondió que de los nervios no recordaba la dirección y que no podía llamar a su trabajo porque era una aplicación.
No se imaginan la impotencia que tuve. ¡Cómo la vida a veces es así de injusta con gente que se nota tan buena!. Ahí estábamos los dos, culo pa´ arriba revisando abajo de los autos, en los cordones, en la vereda, en el boulevard….era una sola cuadra, desde que lo guardó en el bolsillo de la campera hasta que lo buscó nuevamente y ya no lo tenía.Le dije que todo iba a estar bien y que lo íbamos a encontrar. Me dijo que estaba pasando por una mala racha: “Amigo… si supiera el día que estoy teniendo hoy…”, masculló.
Parecía que dudaba entre largarse a llorar o seguir buscando cuando de pronto se le ocurrió que como estaba activo, si yo le prestaba mi celular él podría llamar al suyo y así lo escucharíamos sonar. Y efectivamente así lo hizo, pero no sonó. Del otro lado de la línea contestó un hombre que le explicó que había encontrado el aparato caminando por Magallanes con su nena, que lo guardó para poder contactarse con el dueño y que esperaba que pasara a buscarlo por la tira 14 de las 245 Viviendas así se lo entregaba.
Nos despedimos con dos sensaciones bien marcadas: él con un alivio total de no haber perdido su movil, el pedido que debía entregar y su trabajo. Yo, con la tranquilidad de que quizás algún dia, gente querida va a pasar por alguna situacion parecida, en que se encuentre sola enfrentando algún problema y de pronto se va a cruzar con dos locos que piensen que si vos tenes un problema, ahora los dos tenemos uno…y lo vamos a solucionar juntos….
Este mensaje solo pretende contagiar las buenas acciones. Esto no es propaganda ni campaña porque eso es para políticos.
Gente…hay que mirar siempre para todos lados. Alguien puede estar necesitando una mano y muchas veces, en nuestro trajinar diario, ocupados con nuestros problemas, no lo vemos porque vamos por la vida sin ver.
Al chico del celular, en su mirada de ayer le vi mucho: preocupación, tristeza, impotencia, rabia y ganas de rendirse. ¡Siempre hay que pelear un round más, y otro, y otro… campeón! – me salió decirle.
Y al muchacho de la tira 14 de las 245 que encontró el celular en la calle y lo guardó para devolvérselo a su dueño, quiero expresarle desde el corazón: ¡Gracias amigo, el mundo soñado se compone de gente como vos!. ¡No cambies nunca!. ¡Es un hecho que esa nena va a crecer con valores!.
Nota de la dirección: El autor de esta nota, por modestia, pidió expresa reserva de su identidad. Como dato, solo diremos de él que es un vecino de Ushuaia que posee un inmenso corazón.
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