Ushuaia inmersa en el paradigma de la “Infraestructura Verde”

Por Virginia Rizzo
Lic. en Ciencias del Ambiente.
Directora del Observatorio Socioambiental – Instituto de Estudios Fueguinos (I.E.F.)

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Virginia Rizzo
Lic. en Ciencias del Ambiente.
Directora del Observatorio Socioambiental – Instituto de Estudios Fueguinos (I.E.F.)

Hablar de territorio es remitirse a un término que puede tener muchos significados. Para quienes cultivamos las ciencias del ambiente, entre otras cosas, el territorio también es un conjunto o combinación de cosas o artes interrelacionadas que forman un todo unitario o complejo.
Por su parte, la ecología urbana hace hincapié en la necesidad de entender que el conjunto de “espacios libres de construcción” en una ciudad cumplen un papel fundamental sobre lo que consideramos el ordenamiento de espacios naturales, teniendo siempre presente que se trata de pensar al territorio como un sistema complejo.
En ese sentido, pensar el espacio más allá de las clásicas nociones geográficas y entenderlo como un sistema integrado, generador de confort urbano ambiental y en el que se puede interactuar a toda escala disponible, es un buen punto de partida para abordar y hasta superar las tradicionales escalas a nivel local y regional, concibiendo entonces al territorio como una red inmensa de articulaciones que comprende redes de sentidos y múltiples delimitaciones.

“Lo verde” como eje estructurador del territorio

Veamos qué ocurre si ponderamos los espacios verdes como el eje estructurador del territorio. En primer lugar, estaríamos condicionando nuestra concepción del espacio en su dimensión urbano ambiental, en la medida que lo verde define la modalidad, distribución y edificación de las infraestructuras clásicas. En este contexto, la conformación de áreas verdes en las ciudades cumpliría el papel de herramienta, no sólo orientada a las políticas de desarrollo sustentable, sino como una estrategia en el planteamiento del “patrimonio ambiental urbano”. De este modo, desempeña un papel fundamental y necesario en el armado de las nuevas ciudades, de cara a las complejidades ambientales que todas enfrentan.
Dicho esto, nos parece interesante la utilización de conceptos de vanguardia como el de Infraestructura Verde, en el marco de la planificación territorial urbano ambiental. Se trata de un concepto acuñado en los Estados Unidos en el año 1990 al que el Fondo Mundial de la Conservación definió como “una red estratégicamente planificada y gestionada de tierras naturales, paisajes de trabajo y otros espacios abiertos que conservan los valores y funciones de los ecosistemas y proporciona beneficios asociados a las poblaciones humanas”.
Si entendemos entonces la Infraestructura Verde como un elemento que define un modelo territorial sustentable, también podemos decir que se trata de un concepto que no solo conecta personas, sino que a la vez conecta a estas personas con sus medio natural. Sin dudas, se trata de un modelo de gestión ambiental cuya mirada se encuentra anclada en la visón socio ecológica, donde la planificación verde, urbana y ambiental, trasciende los límites de un proyecto en particular, una obra ingenieril o hasta una teoría sobre la ciudad que se desea.

La Infraestructura Verde en las ciudades actuales

Sabemos que la condición o estado de los espacios verdes en una ciudad, sostienen el correcto armado y funcionamiento de los metabolismos urbanos, es decir, que un espacio natural sin construcción edilicia favorece el flujo correcto de energías y dinámicas en la ciudad. Esta es la causa por la que infinidad de veces escucharemos decir, que los espacios verdes públicos, proporcionan beneficios sociales, como contribuir con la salud física y mental de la población, además de constituir espacios de encuentro y consolidación de las identidades locales.
Si la concebimos de ese modo, la Infraestructura verde es entonces una red territorial que pretende apoyar la mejora de la calidad de vida humana, por ejemplo, planteando corredores verdes a escala regional. Entonces, conviene incorporar criterios para proveer el acceso concreto a estas redes. El camino para materializar esta perspectiva exige muchas veces repensar las intervenciones urbano ambientales que gestamos desde los espacios de producción del conocimiento y de gestión, tanto pública como privada, relacionada con la proyección y desarrollo de las ciudades.

Intervenciones urbanas con perspectiva ambiental

Los criterios que podemos incorporar en esta manera de planificar con la mirada puesta en lo verde podría incluir distintas propuestas de intervención urbana, como por ejemplo el planteamiento de proyectos integrales cuyo objeto se sujete a la adaptación y mitigación del Cambio Climático, el turismo sustentable, el sostenimiento de la biodiversidad en el ámbito urbano, la calidad de los espacios recreativos, verdes y/o públicos, y la productividad económica sostenible. Estas premisas, plantean de alguna manera la necesidad de ahondar en la planificación integral de actividades productivas y de servicios, infraestructuras clásicas y salud comunitaria.
En tal sentido, existen sobrados ejemplos en el mundo, como el de Alemania, que en base a la protección del medio natural regula también los parques y áreas verdes urbanas, o el caso de Puerto Rico, donde el establecimiento de espacios verdes, parques y cinturones ha sido designado y regulado, integrando los balnearios de altísimo valor ecológico con las actividades de servicios y producción de la industria verde.

Ushuaia inmersa en el paradigma de la infraestructura verde

En reiteradas ocasiones hemos destacado la belleza paisajística con que contamos en Ushuaia. Solemos pasar por alto la posibilidad que nos da nuestra localidad de pasar el umbral de nuestras viviendas y poder respirar ese aire puro, nítido, alentado por el mar y abovedado por la Cordillera. Y lo más increíble, no hay época en el año en el que ese encanto natural merme.
Pero no sólo a la naturaleza debemos la cualidad escenográfica con que cuenta Ushuaia, sino que la planificación urbana cumplió, cumple y seguirá cumpliendo un rol fundamental.
Con esto, no deseamos remitirnos en las intermitencias lógicas de las gestiones políticas que se han sucedido, sino que nos interesa destacar que la planificación siempre ha estado presente en las propuestas, preocupaciones y direccionamientos que se han podido materializar gracias a la concurrencia, en forma de elevación de proyectos, conformación de equipos de gestión y las diferentes estrategias desarrolladas por la gente por garantizar (o garantizarse) las instancias de participación ciudadana. En definitiva, todos estos esquemas de participación, han colaborado con sus ópticas en mayor o menor medida en trascender la ciudad que soñaron.
Entonces, conviene no soslayar el acervo de las experiencias acumuladas a través del paso del tiempo, porque sabemos que los sistemas sociales evolucionan, que los paradigmas van mutando y que hoy es posible pensar en términos de sustentabilidad urbana no porque constituya un concepto que está de moda, sino porque existe un bagaje de propuestas, desarrollos y proyectos anteriores que nacieron y se desplegaron en tiempos anteriores.
En ese sentido y pensando en el actual estado de cuestión, el Municipio de Ushuaia cuenta hoy con instituciones y dependencias que se encuentran directamente relacionadas, jerarquizadas e implicadas en desarrollo urbano ambiental. La existencia de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el actual compromiso que adopta la Secretaria de Ordenamiento Territorial y Hábitat en lo que hace a la creación de espacios públicos con perspectiva de género, como la casa de la mujer, el desarrollo de reservas urbanas en el corazón de la mancha urbana como espacios de encuentro y salud, son ejemplos elocuentes de lo que pretendemos exponer.
Y todo ellos, sin perjuicio de reconocer que existen actualmente en la ciudad de Ushuaia con más de 260 espacios verdes, entre los que se encuentran una importante diversidad de diseños como parques lineales, reservas naturales urbanas, playones deportivos, plazas, boulevares etc. Ello, sumado al hecho no menor que nos abraza un maravilloso bosque nativo de 5.800 hectáreas dentro del ejido Municipal.


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