Tiempo atrás, desde esta columna, destacamos la iniciativa del Municipio de Ushuaia de edificar la novedosa «Casa de la Mujer», una propuesta esperada y sin precedentes en el ámbito regional referido a las políticas públicas de Género y diversidades. A lo largo de estos meses experimentamos el desarrollo y la materialización de la infraestructura, su diseño e implantación. Más allá de lo concerniente a la institucionalidad del acto, nos interesa destacar en esta oportunidad el valor simbólico que el edificio en sí mismo posee.
El moderno paradigma urbano ambiental no pierde de vista que en cualquier proyecto de desarrollo, es importante comprender el contexto social y tener en cuenta las normas y las prácticas culturales con el fin de garantizar la eficacia y la eficiencia operativa. En particular, es fundamental que los diseñadores del proyecto evalúen qué influencias socialesy culturales de la ciudad operan en el medio, ya que esta circunstancia puede redundar en apoyos o entorpecimientos para la concreción del proyecto final.
Sin ir más lejos, cada vez es más difícil subestimar el hecho de que una de las principales influencias sociales que pueden alterar la eficacia de un proyecto es la cuestión de género, y por esto nos parece fundamental poner en valor el trabajo realizado a partir de los ejes de gestión planteados en la agenda publica urbano ambiental de la ciudad de Ushuaia.
Una casa emblema para mitigar las desigualdades de género
A medida que la sociedad evoluciona hacia la equiparación económica y remunerativa, una sinergia ambiental combina la provisión y desarrollo de infraestructura con perspectiva de género, una correcta diversificación de los servicios públicos y el fortalecimiento de la cobertura de demandas referidas a mejoras infraestructurales adecuadas a tal perspectiva, arrojando como resultado un circuito virtuoso de desarrollo urbano ambiental, social y económicamente más equilibrado y, por ende, también sustentable.
A partir de la puesta en función de este servicio atento a la perspectiva de género, las mujeres de Ushuaia, por ejemplo, logran un acceso al acompañamiento y contención, capacitación, asesoramente en temas legales, de familia y trabajo. De este modo, el nuevo edificio de la mujer y otras dependencias e infraestructuras adecuadas a tal fin, constituyen un equipamiento comunitario con capacidad de cubrir las necesidades actuales que enfrentamos las mujeres en el ámbito urbano, entre los cuales podríamos mencionar los desafíos ante la acelerada transformación tecnológica, la falta de acceso universal a servicios legales, la necesidad de capacitación constante referida al fortalecimiento de nuestros espacios y actividades productivas.
Sabemos que existen brechas reales en el acceso a este tipo de servicios y apoyos para mujeres y niñas, sobre todo en poblaciones o comunidades cuyas disparidades son el resultado de causas diversas, como la desigualdad económica y social y la falta de recursos de inversión en las actividades de sostén cotidiano.
La decisión de desarrollar una Casa emblema cuyo diseño ha tenido algunas particularidades que buscan mitigar las desigualdades de género en la sociedad local, es un paso importante en pos de lograr sociedades más igualitarias y sustentables. Se trata de una estructura pensada y diseñada desde la implantación hasta su inserción en la dinámica urbana de Ushuaia, con impacto directo sobre la población femenina.
Un nuevo hito urbano
Para dimensionar dicho impacto, conviene clarificar qué relación existe entre la perspectiva de género y el desarrollo de infraestructura urbano ambiental adecuada, pues se trata de una forma de ver o analizar los proyectos urbanos que consiste en observar el impacto del género en las oportunidades, roles e interacciones sociales de las personas. Esta forma de concebir los proyectos a implementar es lo que permite realizar un análisis de género y luego transversalizar una perspectiva de género en un proyecto, programa o política pública propuesta.
En ese sentido, la Casa de la Mujer se encuentra ubicada en un punto estratégico de la ciudad, pues es fundamental lograr a visibilidad de las problemáticas que atravesamos diariamente las mujeres, cuyo objeto final es la apropiación del espacio y accesibilidad real y simbólica del territorio y el conjunto de identidades locales.
Hoy sabemos que las mujeres y niñas desempeñamos un papel fundamental más allá del ámbito cotidiano, tanto en el espacio público como el público privado, contribuimos cada vez con mayor igualdad de condiciones al desarrollo y crecimiento económico, la disminución de la pobreza, y el desarrollo inclusivo y sostenible de las sociedades. A lo largo de estos años hemos podido afianzar el conocimiento y la experiencia en campos que antes se encontraban reservados mayoritariamente a la población masculina. Y es por ello que se torna clave el desarrollo de espacios cooperativos como el de la Casa de la Mujer en Ushuaia, cuya impronta desarrolla cuestiones de inversión pública y su edificación seguramente estará destinada a constituirse en un nuevo hito urbano para nuestra ciudad.
Cuestiones de diseño que reflejan compromiso socio ambiental de una Ushuaia para todas nosotras
Acotar las brechas de genero en la infraestructura beneficia a las sociedades en su conjunto, no solo a mujeres y niñas, pues en la mayoría de las ciudades actuales, las mujeres no están confinadas como antes a ocuparse solamente de las labores domésticas, por lo tanto, conocemos los problemas y las necesidades y ha quedado demostrado que somos muy exactas a la hora de expresar todo tipo de demandas y los servicios que se requieren para el desarrollo de una comunidad saludable. De la especificidad de nuestras tareas, se deduce que la inclusión de las mujeres en los procesos de consulta, planeamiento, capacitación y toma de decisiones contribuye a la sostenibilidad de los proyectos y a la respuesta de los mismos a las necesidades de toda la comunidad.
En el caso de la Casa de la Mujer de Ushuaia, pronta a ser inaugurada, debemos decir que se trata de una estructura de 525 m2 cubiertos que darán luz y contención a niñas y mujeres que necesitamos terminar con las brechas de género aún existentes para afianzar nuestras capacidades de trabajo, de producción y de sostén familiar.
Se trata de una estructura pensada desde la sustentabilidad, cuya iluminación será íntegramente LED, apoyando así estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático, generando una vinculación arquitectónica de estrecha concordancia con el ambiente natural circundante, ubicada de cara a la costa del paradisíaco e imponente Canal Beagle, que acompaña majestuosamente el corazón de la mancha urbana.
Y esas particularidades la convierten en un monumento en sí mismo, con acceso no sólo vehicular y peatonal, sino también visual, erigiéndose en un símbolo de los cambios ocurridos en los últimos tiempos, donde las mujeres progresivamente van ocupando estamentos antes negados y su voz ante los excesos masculinos es cada vez más escuchada y contenida, consolidándose de este modo sociedades más igualitarias en perspectiva de género, con arreglo a la sustentabilidad urbana.
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