Chupete… ¿sí o no?

Chupete… ¿sí o no?


 

 

El interrogante de los padres sobre la conveniencia o no que los niños usen chupete es muy frecuente.

Mientras que algunos lo consideran una solución para hacer cesar llantos, para otros es un enemigo que desplaza los dientes, deforma el paladar e incluso afecta el habla.

Este tema arrastra muchos prejuicios, creencias y miedos.

Debemos entender que ningún extremo es bueno para poder  comprender después que el chupete no es imprescindible pero tampoco es un enemigo. Este objeto es simplemente el medio por el cual los bebés calman angustias  y compensan su necesidad oral.

Para lograr un mejor conocimiento se debe abordar el tema desde las etapas psicológicas del infante, las que están clasificadas por distintos autores,  con nombres diferentes pero que refieren a lo mismo.

La primer etapa psicológica es la ¨etapa oral¨ o sensoriomotor. Comienza en el nacimiento y finaliza a los 2 años aproximadamente. Aquí el bebé conoce el mundo a través de su boca, y todas sus necesidades y placeres son percibidos por la cavidad oral. En esta etapa el chupete se constituye en un elemento que les sirve para aliviar tensiones.

Es un tema muy amplio, pero lo que resulta positivo de esto es lograr diferenciar entre lo que es la  necesidad del niño y la imposición del adulto.  Para simplificar: si demanda el chupete, no hay que negárselo y tampoco hay que imponérselo si lo rechaza.  En los casos que sienta necesidad de él, es necesario brindárselo pero teniendo en cuenta que hay una edad en la que ese chupete deberá ser reemplazado por otras formas de conocimiento y comunicación con el mundo que lo rodea.

Esa edad coincide con el fin de la etapa oral, es decir, los dos años de vida.  El gran desafío de los padres u otros familiares será entonces el  de generar una forma sutil y comprensiva de desapego del chico con este controvertido objeto.

Justamente esta edad coincide con la adecuada para la primer consulta odontológica, la que será propicia para evaluar cualquier alteración que haya en la cavidad bucal del nene.

Entendiendo estos puntos de razonamiento, es importante que el adulto no imponga el chupete o lo niegue si el bebé lo solicita; que higienice correcta y constantemente el chupete porque a él se adhieren microorganismos, no sólo si se cae al suelo, sino también en la cavidad oral.  Su uso tampoco debe ser las 24 horas del día, sino en aquellos momentos que el niño lo requiera.

Por ultimo y no menos importante es advertir que no se debe embeber el chupete en ningún tipo de alimento con alto contenido de azúcares como dulce de leche, miel o yogures porque esto generará caries a temprana edad.

 

¡La prevención es salud!


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