La horrorosa muerte de Lucio
Las feministas estamos acá. Siempre estuvimos acá.
Las feministas que abordamos realidades donde la crianza y la maternidad están integrándose a la vida de una mujer, hace rato que estamos acá gritando ¡GRITANDO! que esas tareas no pueden recaer solo sobre una persona: la madre. Faltan redes de sostén.
Las feministas estamos acá, hace rato rogando que así como se condena socialmente a la violencia de género, se condene con el mismo énfasis la violencia hacia los niños. Esa violencia que aún está hiper naturalizada que y se practica más de lo que se ve. Faltan políticas públicas en torno a esto. Falta visibilizar. Falta desnaturalizar.
Las feministas también decimos que el sistema judicial tiene un origen patriarcal que dice que «la madre es la madre» en cualquier caso. Incluso si la madre es peligrosa, incluso si pone en riesgo la integridad física, emocional, de su hijo. Esto se tiene que terminar hoy. No mañana, hoy. Ya sabemos lo que falta en torno a la justicia. No es novedad.
Las feministas también decimos que hay mujeres atravesadas por el machismo, que pueden tener un discurso hermoso, pero que si no trabajan en esa construcción, y no hacen terapia y no revisan cada comportamiento que han adquirido… nada. Es cáscara vacía. Es más de lo mismo por mucho pañuelo que tengan. Y son igual de peligrosas que eso que quieren erradicar. También hablemos de salud mental pública ya.
Las feministas también queremos condena para las asesinas de Lucio. ¡No se coman la curva!. ¡Ser feminista es algo inmenso y empoderador!. Lejos estamos de cubrir asesinos sin distinción de género o identidad de género, por muy feministas que seamos. Asesinos son asesinos y punto. Por favor, que nadie pierda la brújula.
Hay que saber también que el feminismo hace la crítica a cierto sector que no pone en agenda del feminismo a las madres, a las gestaciones y los puerperios en soledad porque esto es algo que realmente atraviesa íntegramente a la mujer. El feminismo antimaternidad, muy de moda hoy, nos pinta como un cuco a todas y ahora nos piden a nosotras, las que siempre dimos estas discusiones, que salgamos a decir lo que hace rato estamos diciendo.
Y a la sociedad toda, feminista o no, debe gritar: ¡Dejen de violentar a las infancias!. La violencia en esta etapa tiene disparadores en la vida adulta. Desde repetir, hasta padecer violencia.
Por favor… a mí me dan asco. Mucho asco. Tanto o más, que el tipo que golpea a una mina porque los pibes ni siquiera se pueden defender.
Asco en serio.
Basta de violencia contra los niños.
B A S T A.
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