Me diagnosticaron hepatitis… ¿y ahora?

Me diagnosticaron hepatitis… ¿y ahora?

Me diagnosticaron hepatitis… ¿y ahora?


La Dra. Natalia Laufer es infectóloga, investigadora de CONICET y de la Universidad de Buenos Aires. Hoy, nos cuenta de qué se trata esta enfermedad:
Dr. César Berenstein: ¿Qué es la hepatitis y qué tipo de enfermedad desarrolla el virus de la hepatitis C?
Dra. Natalia Laufer: hay muchas formas de hepatitis, algunas no son de causa infecciosa. Como definición se llama así a la inflamación del hígado, que en algunos casos es de origen viral. Existen diversos tipos de virus que pueden originarlo, los que se han denominado hepatitis A, B, C, delta y E. Mucha gente recuerda haberla padecido principalmente en la infancia y actualmente los niños reciben una vacuna al año de vida para la hepatitis A. Fue la causa más importante de transplante hepático en niños pero gracias a la vacunación masiva hoy es infrecuente como causa de enfermedad grave del hígado. Otra circunstancia en la que aparecían casos de hepatitis era la transfusión de sangre (hemoderivados), lográndose identificar al virus de la hepatitis B. Aun así algunos casos quedaban sin que se pudiera determinar su origen, hasta que se pudo descubrir el virus de la hepatitis C cuyos investigadores han sido galardonados recientemente con el premio Nobel de medicina. Hoy en día se evita esta vía de infección mediante el análisis de los productos derivados de la sangre.

 Me diagnosticaron hepatitis… ¿y ahora?
Dra. Natalia Laufer

CB: ¿Qué otra vía de contagio se identificó para la hepatitis C?
Dra. N. L.: Puede transmitirse por vía sexual, si bien es menos frecuente que con otras hepatitis; y en el momento del parto puede haber transmisión de la madre al hijo. No siempre se investiga en la madre la presencia de esta enfermedad ya que su prevalencia no es tan alta, alcanza el 1,5% aproximadamente y sólo el 4% de las madres portadoras le pasan la virosis a su descendencia.
Dr. C.B.: ¿Una vez en contacto con el virus, siempre produce enfermedad?
Dra. N. L.: Un 20% logra curarse espontánemente sin tratamiento específico, es decir, su sistema inmune logra vencer la infección y lo elimina. El resto sigue con el virus en su cuerpo generando una afección crónica, de ellos el 30% puede evolucionar a cirrosis, o sea la disfunción total del hígado. Puede tener otras manifestaciones pero son bastante difíciles de asociar con esta afección. Para hacer diagnóstico se hace una búsqueda de anticuerpos en sangre, de ser positivo significa que ha estado en contacto y nos obliga a solicitar la carga viral de virus de la hepatitis C y se determina el subtipo de virus involucrado. Dependiendo de esto y la presencia de cirrosis se elige el tratamiento adecuado para cada caso.
Dr. C. B.: ¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
Dra. N.L.: Inicialmente se utilizaban dos drogas durante un año, que tenían muchísimos efectos adversos y sólo la mitad lograba curarse. Desde el año 2011 se desarrollaron tratamientos que son mucho más efectivos, mejor tolerados y se logra la curación en la gran mayoría de los casos administrándolo sólo 6 semanas. Obviamente cuanto más precozmente se inicie el tratamiento hay más chances de beneficio no sólo sobre el hígado sino sobre otros órganos que pueden afectarse como la piel, los riñones y los huesos. En aquellos que ya desarrollaron cirrosis el tratamiento puede ser útil en evitar descompensaciones, por lo que también sería útil en etapas avanzadas de daño hepático. Además en quienes irán a transplante se puede evitar la reinfección del nuevo órgano.
Dr. C.B.: ¿Puede evolucionar a cáncer esta patología?
Dra. N. L.: Sí en aquellos que tienen enfermedad avanzada y en sólo un 1 a 4% de los casos. Se llama hepatocarcinoma, que es el cáncer del hígado. Obviamente esto ensombrece el pronóstico y es otro de los motivos de acudir al médico en forma precoz. Nosotros recomendamos que al menos una vez en la vida el paciente solicite que se le haga un análisis de sangre de serología para hepatitis C.
Mientras esperamos la vacuna, por suerte se han desarrollado tratamientos efectivos que pueden mejorar el pronóstico del paciente sobre todo cuando se lo diagnostica en forma precoz.

¿Cómo sé si tengo hepatitis?

El primer indicador es un color amarillento en los ojos, también observable en la piel; la orina es extrañamente oscura y la materia fecal, muy clara, blanquecina. Una sensación de gran cansancio e inapetencia acompañarán el cuadro que solo se confirmará mediante pruebas de laboratorio. Se debe acudir inmediatamente al médico, quien determinará el tratamiento a seguir.


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