El paisaje, urbano y natural, siempre nos cuenta historias. Nos invita a explorarlo, investigarlo y extraer desde las profundidades de sus rincones, vidas, experiencias, pasiones y misterios.
En la imagen que acompaña a este escrito, se aprecia una excelente fotografía cuya autoría ignoro, aunque es muy posible que pertenezca a la colección de Federico Koholman, un austríaco que viajó por toda Argentina entre los años 1920 y 1940. Observándola, podemos descubrir varias historias que quiero compartir con ustedes.
El fotógrafo se paró en el terraplén de las vías por las que circulaba el tren del presidio, (4) en la cuadra de Maipú, entre 9 de Julio y Juan Manuel de Rosas. El denominado “tren de los presos”, formó parte de paisaje urbano de la ciudad de Ushuaia, desde 1910 hasta el cierre del penal, en el año 1947. Aunque no se trató siempre del mismo tren ya que hubo, según los diferentes relatos, de dos a cuatro diferentes locomotoras con sus respectivos vagones. Por otra parte, posteriores a esos años, hubo testimonios de antiguos pobladores que utilizaron ese equipamiento para el movimiento de leña. El comienzo del final del tren fue el movimiento sísmico del año ´49 que rompió parte del ramal hasta entonces existente.
La foto en cuestión es del año 1929, a comienzos del invierno. Sobre la derecha podemos descubrir algunos edificios con mucho por decir: la vivienda del capellán y la primera parroquia (1). Esta última, luego de varias iniciativas y no pocas demoras se logra inaugurar en el año 1898, estando en el gobierno el militar Pedro Godoy. Ocurre un 24 de diciembre, con la presencia de un párroco estable, el cura salesiano Juan Fossatti. Según algunos registros el edificio había sido construido por lo menos un par de años antes, según diferentes versiones de visitantes que dejaron referencias al respecto. Uno de ellos, el escritor argentino Roberto J. Payró, expresaba en su libro “La Australia Argentina”: “Visitamos la pequeña iglesia en construcción, cuyas paredes exteriores son de hierro galvanizado, revestidas interiormente con otras de madera del país, como el piso, cuyas tablas proceden del aserradero que funciona en la cárcel de reincidentes. La iglesia tiene su campanario, pueden caber en ella unas doscientas personas y no presenta mal aspecto. Al contrario, como que es el único monumento arquitectónico de la población”. Este edificio fue restaurado en el año 1995 ya que parte del mismo, precisamente su campanario, había desaparecido.
Luego se puede apreciar el antiguo almacén de don Luis Fique, (2) el primer argentino que se radica en esta localidad en septiembre de 1884 y hace construir este edificio en el año 1906, tarea a cargo del carpintero Luis Noya. Se trataba de una edificación de dos plantas y un sótano, vivienda de la familia y popular almacén en la planta baja. Al fallecer Fique en 1923, hereda los bienes su hijo Luis Carlos Fique, aunque para el año de esta fotografía ya no se hallaba registrado como comerciante sino como despachante de aduana. La vivienda pasa a ser posteriormente una pensión. En octubre de 1945 es destruida por un voraz incendio ocasionado accidentalmente por el párroco de la iglesia.
Ya en la cuadra siguiente, hoy calle Piedrabuena, se alcanza a observar un pintoresco edificio también de dos plantas y mayor volumen, (3) conocido por los antiguos pobladores como “las 14 provincias”. Esta verdadera “mansión” para esa época, con varias habitaciones y amplios salones en su planta baja, se afirma que fue construido por un español que luego no se radica en Ushuaia, dejando provisoriamente al frente a un encargado. Pero con el tiempo se transforma en una pensión cuyos inquilinos, originarios de varias provincias del país, otorgan el seudónimo a la edificación. Algunos años después es desarmado y con los materiales rescatados se construyen un par de viviendas, la de la familia Gómez y la de la familia Torres. La primera aún está emplazada en su lugar original, en Piedrabuena entre San Martín y Maipú y la otra fue reconstruida en el Paseo Antiguos Pobladores, hoy Espacio Pensar Malvinas.
Hacia la izquierda del Monte Susana se puede apreciar el antiguo muelle de la familia Fique, (5) que se hallaba frente al almacén “El Primer Argentino” y que llegó a tener 82 metros de largo por 2.50 de ancho.
Sobre el extremo izquierdo de la imagen, tierras que se encuentran sobre la Península de Ushuaia, sector que los yámanas denominaban “Tushcapalán”, se observan algunas edificaciones y corrales (6). Justamente en ese año, 1929, precisamente el 17 de febrero, firmaban un contrato de locación, los señores Miximino Viera, por la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora y José Salomón, comerciante que disponía de un fructífero almacén de ramos generales en la Avda Maipú, entre las actuales calles Juana Fadul y 9 de Julio.
El citado complejo se hallaba compuesto por un muelle de casi 20 metros de largo por 3 de ancho, un pequeño matadero de 2. X 3 metros con piso de madera y un brete para encerrar a los animales destinados al sacrificio, dos mangas destinadas para el muelle y el matadero, varios corrales con cercos, un galpón de 9 x 15 metros dividido en dos sectores, uno con piso de madera el otro con piso de tierra, una casa habitación con dos piezas y galería y un secadero para cuero de ovejas de 11 x 38 metros con postes y alambres para colgar los cueros.
Este acuerdo luego terminaría en un duro conflicto al comprobarse que la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora, no disponía de los documentos y avales nacionales que le otorgaran la titularidad de esas tierras, por lo que terminan siendo explotadas por el famoso José “Turco” Salomón, en sociedad con Martín Lawrence. Paradójica situación teniendo en cuenta que, en el año 1898, se le había negado a John Lawrence, misionero que se había hecho cargo de la Misión Anglicana en 1886, la posesión de la totalidad de esas tierras, ya que se hallaban concesionadas, para el pastoreo, a Adan Zavalla, empresario del que mucho no sabemos pero que parecía tener sus influencias en el gobierno nacional.
Estas vicisitudes sugieren varias historias solamente sobre la península que tantos usos y arrendatarios ha tenido. Años después se construirían en esa zona, el aeropuerto, la Base Aeronaval, los barrios militares de La Misión, entre otras ocupaciones.
Eduardo Galeano ha dicho que “el mundo no está hecho de átomos, está hecho de historias” y éstas nos transmiten mensajes que debemos saber escuchar.
Diario Prensa
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