El sujeto que tenía en su poder a una perra dogo y a un pitbull macho en estado calamitoso, identificado como Nicolás Cuellar, fue imputado penalmente por infringir la Ley 14.346 que castiga a quienes “maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales”.
La Asociación del Reino Animal Fueguino, ARAF; personal policial de la comisaría 2da., autoridades de turno del Juzgado de Instrucción Nro. 2 y agentes del área Zoonosis Municipal, rescataron de un predio cubierto de basura y de elementos de dudosa procedencia, en la calle Akainik al 1.300, a dos perros que estaban a punto de morir de hambre. El compromiso de un vecino que alertó del padecimiento de los canes, permitió terminar con su martirio.
Un vecino domiciliado en el barrio Andino de Ushuaia fue la pieza clave para desarticular una situación de extrema crueldad animal que al parecer viene ocurriendo desde hace bastante tiempo y que tuvo como víctimas a una perra dogo de color blanco, con visibles signos de haber parido reciéntemente, y a un pitbull macho de color marrón. Los dos infortunados canes sobrevivían a duras penas a la intemperie y sin alimento ni agua en un predio de la calle Akainik al 1.300 aislado de la vista pública por un cerco de chapas. En el interior, alejadas de la calle, casi en el centro de la manzana, se emplazan algunas casillas semi derruídas, rodeadas de basura, una moto y elementos de construcción de dudosa procedencia.
Impotente ante los aullidos constantes de los animales reducidos a dos esqueletos con el pellejo adherido a los huesos, atados día y noche sobre vidrios rotos, cables, caños y sus propios excrementos y expuestos a la lluvia y al frío sin cuchas para guarecerse, el vecino se comunicó con la titular de ARAF, Rosana Vélez, quien inmediatamente tomó intervención.
La presidente de la asociación protectora Amigos del Reino Animal Fueguino intentó dialogar con la persona que se domicilia en el lugar, quien increíblemente negó el estado deplorable de los animales, terminando por mostrarse hostil y agresivo con la proteccionista, a quién echó de manera amenazante.
Realizada la denuncia en la comisaría 2da., y giradas las actuaciones a la titular de la Secretaría del Juzgado de Instrucción Nro. 2, la abogada Mercedes López Vega, de turno en la feria judicial vigente, se dispuso el allanamiento del predio, medida que se concretó el día jueves último en horas de la mañana. Allí efectivamente se encontraban los infortunados animales, quienes apenas podían moverse por el estado de debilidad en el que se encontraban. Los uniformados identificaron a Héctor Nicolás Cuellar, un sujeto que les abrió la puerta con gesto indiferente, admitiendo que los canes estaban a su cargo y – pese a todas las evidencias observables – insistió en decir que los alimentaba regularmente.
Las integrantes de ARAF les brindaron alimento balanceado y agua a los canes y cubrieron con mantas, para luego con la colaboración del personal del área de Zoonosis, trasladarlos a la Veterinaria Vet Sur. La profesional Patricia Permetei les brindó los primeros auxilios y realizó una extracción de sangre, arrojando el análisis como resultado que ambos canes se encuentran en un estado de desnutrición y deshidratación aguda, con lesiones en las membranas nasales, bucales y piel por exposición a la intemperie, como así también heridas en las patas. El pitbull particularmente está más afectado con riesgo vital, encontrándose ambos en un estado de sumisión característico de los animales sometidos a sufrimiento extremo.
Al cierre de la presente edición Cuellar había sido notificado de derechos y garantías procesales, imputado en principio (dado que podrían incorporarse nuevas figuras delictuales) al delito de violación de la Ley 14.346 que castiga a quienes “maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales”.
Los rescatados, en tanto, de los cuales se pudo saber que el pitbull se llama “Duque”, fueron alojados en caniles del área de Zoonosis del Municipio de Ushuaia, bajo tratamiento con medicación y dieta. Se intentará que gradualmente recuperen peso y dejen atrás el riesgo de muerte en el que se encuentran.