El hecho se produjo en bahía Golondrina, el domingo último en horas de la tarde y dejó de manifiesto el compromiso de algunas personas con su entorno.
A diferencia de lo ocurrido en Pinamar reciéntemente con dos kayakistas, cuya búsqueda se demoró por el excesivo apego al protocolo de las autoridades marítimas, en Ushuaia rápidamente integrantes de Prefectura Naval, Policía provincial y Defensa Civil, acudieron en auxilio del deportista que ganó la costa a nado, después de tener un percance con su tabla.
Sin conocer su nombre ni siquiera su rostro, varios vecinos de Ushuaia que el domingo último estaban en distintos puntos de la costa de bahía Golondrina, observando el desplazamiento de kitesurfistas y windsurfistas que surcaban las aguas, pidieron ayuda para él.
A la distancia, a quien luego se lo identificaría como Jorge Ernesto Nieva, se lo vio caerse de la tabla y no poder subirse a ella nuevamente, pese a haberlo intentado numerosas veces. Las ráfagas de viento parecían arrastrarlo hacia el canal Beagle, en donde las corrientes marinas son muy peligrosas. Sin dudarlo, los espectadores se comunicaron con autoridades de Prefectura Naval, de la Policía provincial y de Defensa Civil, quienes rápidamente se hicieron presentes, aunque el kitesurfista había logrado ponerse a salvo nadando hasta la costa.
La actitud solidaria de los vecinos de Ushuaia y la inmediata respuesta de las autoridades convocadas contrasta con otro siniestro marítimo ocurrido en la localidad bonaerense de Pinamar, en donde un pescador declaró a la prensa haber avisado a Prefectura Naval que se había cruzado con un kayac que se alejaba peligrosamente de la costa y en el que iban dos personas. El hombre refirió que las autoridades prefecturianas le dijeron que solo los familiares podían radicar una denuncia, demorándose en consecuencia la búsqueda de Ramón Román, de 56 años y de Gabriel Raimann, de 38 años, no encontrados hasta el momento. A partir de este martes, ya no se los buscará de acuerdo con el protocolo SAR – protocolo de Búsqueda y Rescate, por sus siglas en inglés – el que se ejecuta cuando lo que se busca son personas con vida.
Mientras los llamados telefónicos se producían, Nieva pudo, haciendo gala de una gran resistencia psíquica y física, en aguas oscuras y agitadas y con ráfagas de 70 a 80 km por hora, llegar a la orilla por sus propios medios, arrastrando tras de sí todavía el barrilete de su equipo.
Algunos conocedores de la zona que observaron los acontecimientos señalaron que fue muy afortunado que el kitesurfista pudiera mantener el control de sí mismo, que no se desesperara y que tuviera la fortaleza física para nadar contra una corriente que lo arrastraba mar adentro: “Desde donde estábamos vimos que el muchacho describió más o menos un kilómetro a nado, pero bueno, zafó de que lo arrastrara el viento para el lado del aeropuerto, hacia el canal Beagle, en donde las corrientes son fortísimas” – señalaron a Diario Prensa Libre.
“Todo el barrio Los Cauquenes estaba mirando lo que pasaba en el agua, nos preocupamos cuando lo vimos caerse de la tabla y alejarse cada vez más, llevado por la corriente y dimos aviso a Prefectura. Después celebramos el buen desenlace, mientras ya había llegado personal policial de la comisaría 4ta con asiento en el barrio Río Pipo, con dos patrulleros. Nos alegramos de la hazaña que le permitió a este kitesurfista, después de más o menos una hora de estar en el agua luchando a brazo partido, salvar su vida” – concluyeron.
Jorge Ernesto Nieva refirió al salir del agua que momentos antes había perdido el control de la tabla, optando por regresar a la costa a nado, encontrandose en buen estado de salud y no siendo necesaria la presencia de personal sanitario. El hombre de 59 años de edad se retiró posteriormente en compañía de su pareja.
Diario Prensa
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