En las últimas horas las chispas de un asado, colillas arrojadas encendidas en un turbal y un foco registrado en un aserradero amenazaron con repetir la historia que le costó a Tierra del Fuego más de 10 mil hectáreas aniquiladas por el fuego.
Pese a todas las advertencias y recomendaciones que se imparten para evitar que nuevamente el bosque fueguino arda, como lo hizo durante 6 meses – entre noviembre de 2022 y mayo de 2023, en la reserva natural Corazón de la Isla, cuatro focos ígneos causados por descuidos humanos volvieron a ponerlo en jaque.
El día sábado 27 de enero, una mujer que estaba haciendo un asado en el barrio Altos de la Laguna, observó mientras avivaba las brazas que algunas chispas volaban hacia los fondos de su predio en donde hay arbustos y leña seca, debiendo acudir bomberos voluntarios a extinguir el incendio rápidamente alentado por el viento reinante.
El día domingo durante el transcurso de la tarde, se produjeron dos focos ígneos en un sector de turba, entre los barrios Altos de la Montaña e IPV, en donde debido a colillas arrojadas mal apagadas, se veían dos columnas de humo que también debieron ser apagadas por efectivos policiales y bomberos.
El cuarto incidente se registró el mismo domingo a las 20.20, al producirse un incendio en una franja de 30 por 30 m, en un turbal, en donde un cuatriciclón empleado por personal de una empresa que explota dicho recurso natural causó chispas que terminaron por provocar un gran incendio. Para extinguirlo fue necesaria la intervención de policías, bomberos, y personal de Defensa Civil y del área Incendios Forestales.
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