El diputado nacional de Republicanos Unidos aclaró con énfasis que la presencia de la industria en la provincia más austral no solo implica cuestiones económicas sino de soberanía.
“Tierra del Fuego es una provincia estratégica y la única que es bicontinental. También es Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida. El mundo nos observa por nuestro pasaje interoceánico y porque somos la puerta de entrada a la Antártida” – sostuvo el legislador nacional entre otras consideraciones que pidió tener en cuenta a la hora de fijar medidas sobre el futuro de la provincia.
El diputado nacional por el partido “Republicanos Unidos”, hizo pública una férrea defensa de las particularidades económicas, geoestratégicas y sociales de Tierra del Fuego, en función de la ley de promoción industrial vigente.
“Podemos seguir hablando del costo económico pero limitar la discusión sin tener en cuenta el rol geopolítico y de comercio internacional de la provincia es hablar de entregar la soberanía” – comenzó afirmando de manera contundente el político libertario, en su cuenta de la red social X.
“La discusión limitada solo les sirve a sectores que se verán beneficiados de importar productos o que no quieren ajustarse. No discuten sobre aranceles y cómo se pueden modificar, discuten de cómo entregar los intereses nacionales en el Atlántico Sur.
Confunden subsidios con exención impositiva. Y ya lo dijo el presidente Javier Milei, no se trata de que Tierra del Fuego empiece a pagar más impuestos. La solución no está ahí, la discusión no es solo económica y, nuevamente, los argumentos que esgrimen algunos no están exentos de intereses” – agregó.
Pauli indicó además que “se está hablando mucho del Subrégimen de Promoción Industrial de Tierra del Fuego, atribuyéndole erróneamente un alto costo fiscal pero se deben tener en cuenta algunas de las consecuencias que tendría para todo el país su derogación. Esta una provincia estratégica y la única que es bicontinental. También es Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida. El mundo nos observa por nuestro pasaje interoceánico y nuestra puerta de entrada a la Antártida. Eliminar la amplia industria fueguina, no solo afectaría a Tierra del Fuego sino a otras provincias porque no solo fabricamos electrónica, sino también productos que aportan a las autopartistas, a la industria plástica, la agroquímica y la textil”.
Sobre las implicancias económicas que significaría eliminar el actual Sub régimen en vigencia, fue explicado así por el legislador nacional: “No hay un análisis serio del impacto económico que implicaría la medida. Fiscalmente, el Estado Nacional no solo estaría resignando 70 millones de dólares, sino también ingresos colaterales como por ejemplo por masa salarial, contribuciones, Impuesto al Cheque. Ninguno de los proyectos anti-TDF incluye estimación del costo fiscal. Tan sólo por reducción de aranceles en computadoras, el Tesoro Nacional perdería ingresos por 70 millones de dólares por año. ¿Cómo proponen compensarlo? ¿Con más impuestos y retenciones que pague todo el país?. Confunden costo fiscal con costo de oportunidad. En Tierra del Fuego no estamos subsidiados, pagamos menos impuestos nacionales. Varios sectores políticos quieren desaparecer la industria solo para no hacer ajustes a nivel provincial y para beneficiar otros intereses económicos. Bajar los aranceles no implica que los costos bajen al nivel que quieren hacer creer. Solo defienden los intereses de las importadoras. Al ser tantos componentes los que conforman la estructura de costo, la incidencia se diluye en la cadena de comercialización”.
Finalmente y aportando datos numéricos concretos, el diputado fueguino subrayó: “Solo en el precio de las notebooks importadas se pueden encontrar brechas de hasta el 400% con respecto a países vecinos. No tiene sentido atribuirle la diferencia a un arancel del 16%. Por ejemplo, aunque se reduzca a 0%, la brecha con los precios de Chile sólo bajaría de 194% a 149%. Los precios en Argentina en comparación a otros países de la región son más elevados en ropa, alimentos, bebidas y electrónicos, entre otros. Una reducción de los aranceles de importación no necesariamente producirá disminuciones significativas en los precios”.