Sin inmutarse, Ancalipe fue condenada a 12 años de prisión

A su socio y pareja, Carlos Adrián Pérez, lo condenaron en mayo de 2023 a 4 años de prisión por el mismo delito pero sin los agravantes que a ella le triplicaron la pena.

La actitud arrogante y pendenciera de Susana del Carmen Ancalipe, las consecuencias que sus hechos tuvieron sobre las víctimas y el entorpecimiento de la Justicia al mantenerse prófuga por años fueron algunos de los factores que decidieron al Tribunal a aplicar la severa pena.

Luego de que Carlos Adrián Pérez fuera condenado el día 15 de mayo de 2023 a la pena de 4 años por el delito de estafa, cometido junto a su socia y pareja, Susana del Carmen Ancalipe, se anunció que restaba todavía dar con el paradero de la mujer para cerrar el caso. Recién en el mes de septiembre del mismo año Ancalipe pudo ser capturada en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia, en la casa de una de sus hijas, después de muchos años de ser intensamente buscada en todo el país, para ser sometida a juicio.
Como ya se informara la pareja había sido denunciada en el año 2011 después de desaparecer de un día para el otro dejando a sus clientes en total estado de desconcierto. Ambos regenteaban la empresa “Río Grande Construcciones”, con locales a la calle, en la que les ofrecían sus servicios a personas que necesitaban contar con una vivienda. Susana Ancalipe se había desempeñado con anterioridad en la firma “El Imperio”, en donde había adquirido los conocimientos sobre el mundo inmobiliario. Su pareja se había asociado a ella y también cumplía funciones de responsabilidad, pero el rol preponderante y el más persuasivo – declararon los testigos a lo largo del juicio iniciado el 5 de febrero – era el de ella. Su personalidad avasallante e imperativa y sus dotes histriónicos, permitieron que las víctimas creyeran que realmente estaban concretando inversiones inmobiliarias, entregando importantes sumas de dinero para alcanzar el ansiado techo propio, lo que nunca ocurrió.
Finalmente el Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte condenó el viernes 9 de febrero, a la mujer a la pena de 12 años de prisión efectiva tras encontrarla culpable del delito de estafa. Según se pudo saber, la diferencia de pena entre Pérez y Ancalipe obedeció a que a criterio de los jueces fue Ancalipe el cerebro de las maniobras delictivas, a que se mantuvo prófuga por años y a que quedó fehaciéntemente demostrado que es su letra y su firma la que aparece en los recibos y falsos contratos presentado por los damnificados. También influyó en el ánimo del Tribunal la manera altanera de proceder de la acusada y su total falta de arrepentimiento, además de intentar evadir una vez más su responsabilidad echándole la culpa de todo a su ex conviviente.
El fiscal Ariel Pinno se sintió profundamente conmovido por la declaración de más de 10 testigos que contaron frente al Tribunal cómo fueron engañados y en qué modo ello los afectó en su salud y en su economía, proponiendo una condena de 12 años de cárcel, a la que los jueces adhirieron. A 11 años de los hechos, muchos de los estafados refirieron que todavía continúan alquilando debido al perjuicio económico que les significó gestionar créditos en bancos y financieras para pagar por viviendas que nunca fueron construidas.