Un diputado con muchas luces…
Haciendo gala de una pobreza de recursos intelectuales extrema y de ignorar el sabio refranero popular que no recomienda “desvestir un santo para vestir otro…”, el diputado cordobés Rodrigo De Loredo sorprendió con su propuesta y prendió la mecha de la polémica.
Si algo hay que reconocerle al diputado nacional Rodrigo Loredo es que es coherente en su animosidad contra Tierra del Fuego a lo largo del tiempo.
Ya en enero de este mismo año el cordobés se despachó con declaraciones en contra de la industria fueguina, a la que tildó de simple ensambladora de celulares. Muy lejos de analizar la mano de obra que genera la actividad fabril y el asentamiento de población argentina en el extremo sur del país que ello conlleva, el diputado insistió en que – a su criterio – las empresas desarman sus productos para luego rearmarlos en suelo austral.
La última joyita intelectual y discursiva del nativo de la tierra de la peperina pudo ser apreciada, en toda la dimensión de su dislate, cuando muy verborrágico propuso que se le quite a la provincia más joven del país su sub régimen de exenciones impositivas “para que los jubilados no se vean afectados y se alcance el equilibrio fiscal”.
Con su característica postura de hablar agitando el aire con un dedo en alto, De Loredo pronunció un vehemente discurso durante la sesión especial convocada para tratar los proyectos sobre movilidad jubilatoria.
Su disparatada propuesta plantea eliminar las exenciones tributarias que rigen en la Provincia: “Así no tendríamos que afectar las jubilaciones y podríamos lograr el equilibrio fiscal que busca el Gobierno nacional” – afirmó con la voz trémula de entusiasmo, como si hubiera descubierto la pólvora.
Continuando con su culto al ajuste y mimetizado con los colores del Gobierno nacional, pese a que pertenece al partido de la Unión Cívica Radical, De Loredo aseguró que “el equilibrio fiscal no se puede obtener sin aumentar tarifas, sin prescindir de áreas del Estado y sin achicar transferencias a provincias”.
Para rematar y como si se creyera acreedor de un aplauso imaginario de la clase pasiva argentina, disparó sin sonrojarse: “Para no podar los haberes previsionales de nuestros viejos podríamos trocarlos por el gasto tributario de Tierra del Fuego”.
Con ignorancia supina, De Loredo habló de “gasto”, sin siquiera saber que Tierra del Fuego no le genera desembolsos al país sino que está eximida, por el espíritu de la Ley 19.640, del pago de ciertos tributos, a modo de incentivo para la radicación de industrias y de pobladores. En todo caso, dejar de percibir no es lo mismo que gastar. Pero quizás es muy compleja la idea para el radical disertante.
Para terminar, el parlamentario oriundo de la provincia de las sierras y los burros, se autoelogió, en un acto de onanismo verbal admirable: «La propuesta nuestra es de una sensatez y un equilibrio fiscal absoluto y total».
Dios mío…
Sandra Mayor
Directora de Diario Prensa Libre
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y toda Tierra del Fuego.