El presidente de AFARTE no ve un buen panorama para la industria manufacturera pero “Europa no es lo que más nos preocupa, sino que el gobierno tiene la misma intención de firmar un acuerdo con Corea del Sur. Sería fatal para nosotros”, sentenció.
El presidente de AFARTE, Federico Hellemeyer, expresó serios reparos al acuerdo firmado por el gobierno argentino, como parte del Mercosur, con la Unión Europea, que permite el libre comercio, ante una desventaja competitiva de nuestro país, donde hay gran incidencia de definiciones que debe tomar el propio estado.
En diálogo con la prensa, consideró que “hay que ser prudentes con este tema y me causa gracia la ingenuidad con que se manejó esta noticia. Cuando se dice que se firmó un acuerdo de libre comercio, en realidad no es así, se firmó un entendimiento de buenas intenciones para redactar un documento y que lo revalide el parlamento, y en los anexos estarán las canastas de desgravación, que es lo que más nos interesa a nosotros, para ver en qué cantidad de tiempo las posiciones arancelarias que son críticas para nosotros van a un arancel cero”.
“Después del anuncio del viernes tenemos cinco mil versiones distintas de lo que se habría firmado y no quiero decir que el tema no nos preocupe, porque desde hace tiempo venimos siguiendo estas negociaciones, entre otras que viene llevando adelante el gobierno con Canadá, México y Corea, que particularmente nos interesa a nosotros”, precisó.
“Se vende este acuerdo como que se pasa de un mercado de 300 millones a uno de 1.100 millones, sumando al Mercosur con Europa. Pero toda la industria manufacturera de bienes de consumo no se vende al Mercosur sino al mercado interno, tanto electrodomésticos, como autopartes, autos y demás. Los automóviles se exportan a Brasil pero es una exportación muy administrada, donde nosotros le damos una cantidad a Brasil, que nos da una cantidad mucho mayor. Puede ser un acuerdo positivo para sectores primarios, que por su escala han logrado exportar a Mercosur y se verá si son competitivos para exportar a Europa. Nuestra competitividad alcanza para el mercado interno y nos preocupa. La apuesta nuestra es quedar en la cadena de desgravación más larga y que nuestros productos vayan a arancel cero en la mayor cantidad de tiempo, y después ver cómo enfrentamos ese momento. La realidad es que va a ser muy difícil competir contra economías centrales, donde tienen una estructura tributaria y un acceso al capital y un costo financiero totalmente distinto al argentino, aparte del costo laboral y otros renglones de la estructura de costos”, anticipó.
Consultado acerca de si en 2023 se llegaría a arancel cero, estimó que el plazo será mayor, si bien “nadie puede afirmar eso porque en este momento no están establecidas todas las canastas de desgravación, que son a cinco, diez, doce años. Dudo que algo vaya a ser para 2023 y nosotros hemos solicitado que nuestros productos se pongan en la canasta más larga, que es la de doce años, a partir del momento en que entre en vigencia el acuerdo, que no es ahora”.
“El efecto puede existir y nos preocupa, y hay que tratar de dilatarlo lo máximo posible. No quiero quitarle importancia, pero Europa no es lo que más nos preocupa, porque no hay tanta fabricación de electrónica. Lo que nos preocupa es Corea, y el gobierno tiene la misma intención de firmar un acuerdo con Corea del Sur, que sería fatal para nosotros y para muchos otros sectores industriales”, sentenció, asegurando que con este acuerdo “los sectores manufactureros y particularmente los que venden al mercado interno, tienen una situación muy complicada”.
Además preocupa la reducción del arancel externo común “que oscila entre el 6, 12, 18 y 20 por ciento. Es el arancel que pagan terceros países que ingresan productos al área del Mercosur y se está queriendo bajar ese arancel en general. Todas estas cosas son luces amarillas y hay que defender al máximo la posición de la industria. Si bien nuestra idea es volvernos lo más competitivos posible, si vienen cosas de forma intempestiva o aperturas muy irracionales, nos llevan puestos”, disparó.
“Estos acuerdos de libre comercio vendrían a ser relojes de arena que ponen sobre la cabeza de la industria para que se vuelva más competitiva, pero uno también debiera poder ponerle relojes de arena al gobierno, encima de ciertas cuestiones que tienen que ver con la competitividad y dependen de ellos, como la operación logística, donde hay sobrecostos de operación aduanera importantísimos. Esto no tiene que ver con la localización de las industrias. Hay todo un capítulo de competitividad que tiene que ver con servicios prestados por el estado y estructuras tributarias a nivel nacional, provincial, imposiciones plurifásicas de ingresos brutos, y son cosas que tenemos que mejorar. Cuando abrimos las condiciones para competir con el importado, si todo eso lo tenemos verde, tiene riesgos que pueden ser muy peligrosos”, sostuvo.
Respecto del resultado electoral en la provincia y las expectativas frente al nuevo gobierno, dijo que “hemos tenido contacto con el gobernador electo de la provincia, y ya lo habíamos mantenido con el Municipio de Río Grande. Todavía quedan varios meses de gobierno al oficialismo saliente y en ese tiempo se va a desarrollar la elección nacional. Va a haber que tomar contacto con el oficialismo electo para ver sus planes y propuestas. En Río Grande tienen mucho conocimiento de la realidad industrial pero hay que ver qué pasa a nivel nacional, porque lo que tiene que ver con el régimen es resorte del Ejecutivo nacional. Tanto el gobernador electo como la gobernadora actual están a favor de la prórroga del régimen y la incógnita es qué va a pasar a nivel nacional”, concluyó.
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