La identidad arquitectónica de las Islas Malvinas es compartida con muchas construcciones de la Patagonia.
Las Islas Malvinas poseen una arquitectura singular que refleja la influencia británica, la adaptación a un clima riguroso y la vida en un entorno insular remoto. Puerto Argentino es el mejor ejemplo de este estilo constructivo característico.
Las viviendas en las islas suelen estar construidas con estructuras de madera y techos de chapa metálica pintados en colores vivos. Esta elección no es casual: la madera y la chapa permiten una rápida instalación y mantenimiento, algo crucial en un territorio donde los recursos naturales son limitados y muchas construcciones han dependido históricamente de materiales importados desde el Reino Unido.
Los colores llamativos de los techos, que van desde el rojo hasta el verde y el azul, no solo aportan identidad visual a las islas, sino que también ayudan a resistir la corrosión causada por el aire marino y las fuertes lluvias. Este estilo es fácilmente identificable también en la Patagonia, en donde el clima es similar al malvinense.
Otro elemento distintivo son las ventanas pequeñas y las paredes reforzadas, diseñadas para proteger los interiores de los vientos intensos que caracterizan el clima de las Malvinas. Algunas construcciones más antiguas aún conservan paredes de piedra, vestigios de la arquitectura de los primeros colonos británicos. A pesar de la influencia moderna, muchas casas mantienen una estética que recuerda a los pueblos rurales ingleses, con cercos blancos y jardines cuidados.
También es común ver galpones y almacenes construidos con materiales resistentes a la intemperie, dado que la economía de las islas ha estado históricamente ligada a la ganadería ovina y la pesca.