El jueves último, personal policial allanó el domicilio de Carla Jofré, sito en calle Bahía de los Abrigos al 2.700, en el barrio Río Pipo, a quien tres familias acusan de haberse apropiado de tarjetas de crédito y débito pertenecientes a personas de la tercera edad, para usarlas en beneficio propio.
El jueves 7 de noviembre personal policial de la comisaría cuarta llevó adelante el allanamiento de un domicilio ubicado en la calle Bahía de los Abrigos al 2.700, en el marco de una causa por hurto y defraudación impulsada por tres familias que habían contratado a Carla Irma Jofre, para el cuidado de padres y abuelos de avanzada edad y en algunos casos, con enfermedades postrantes.
Jofre, vecina del barrio Río Pipo, fue aprehendida como corolario de una investigación que reveló un esquema de robo y uso indebido de tarjetas de crédito y débito de las personas que ella debía cuidar, todas adultas mayores en situación de vulnerabilidad. La moradora del domicilio allanado, que trabajaba en una empresa de cuidado de ancianos, se habría valido de su acceso a gavetas, carteras y billeteras para sustraer las tarjetas y realizar luego compras en diversos comercios locales.
La investigación comenzó a partir de que integrantes de la familia Miranda, una de las afectadas, detectara movimientos inusuales en las cuentas de una adulta mayor, quien se encuentra imposibilitada de movilizarse. Al notar la ausencia de las tarjetas en la vivienda, la familia denunció el hecho, sumándose otra de apellido Dalmazo y una tercera, dando inicio a una pesquisa que culminó con la orden de allanamiento del domicilio de Jofré.
Durante la ejecución de la medida judicial, los uniformados hallaron varias tarjetas pertenecientes a los distintos ancianos que cuidaba Jofré, sospechando los investigadores que la mujer operaba de manera sistemática, aprovechando los momentos a solas con ellos, para revisar las viviendas y sustraer las tarjetas de crédito o débito que encontrara.
Fuentes bien informadas dieron a conocer también que resultó valioso el aporte de algunos comerciantes que aportaron grabaciones de seguridad que permitieron rastrear las transacciones y vincularlas a la imputada.
La cuidadora, que ya tenía antecedentes penales por haber estado imputada en el año 2019 por haber atacado a su nuera con un cuchillo, la que sufrió lesiones cortantes en distintas partes del cuerpo, enfrenta ahora una imputación por el delito del hurto y defraudación, en primera instancia, dado que se podrían añadir nuevos cargos por el abuso de confianza hacia personas en situación de dependencia.
Al cierre de la presente edición la Policía continuaba ejecutando un segundo allanamiento, también vinculado al caso, no habiendo trascendido la situación procesal de la acusada dispuesta por la Justicia.