René Favaloro: el corazón de la medicina argentina
Médico, inventor y docente, René Favaloro transformó la cardiología mundial con la técnica del bypass coronario. Su vida, marcada por la excelencia y la vocación social, dejó una huella imborrable en la historia de la medicina y en la lucha por un sistema sanitario más justo.
René Gerónimo Favaloro nació el 12 de julio de 1923 en La Plata, en una casa humilde del barrio “El Mondongo”. Su infancia, marcada por valores transmitidos por su madre, Ida Raffaelli, modista, y su padre, Juan Bautista Favaloro, ebanista, sentó las bases de su compromiso ético y profesional.
Tras cursar la secundaria en el Colegio Nacional de La Plata, inició la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde su formación alcanzó un nivel integral gracias a la residencia en el Hospital Policlínico San Martín. Allí aprendió a respetar profundamente a los pacientes, muchos de ellos de condición humilde, lo que definiría su práctica médica.
En 1950, su vida dio un giro al mudarse a Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo en La Pampa, donde trabajó como médico rural durante 12 años junto a su hermano, Juan José. Su impacto fue significativo: crearon un centro asistencial que redujo la mortalidad infantil, las infecciones en partos y la desnutrición. Para Favaloro, “el acto médico debía estar rodeado de dignidad, igualdad y sacrificio”.
En 1962, decidió perfeccionarse en Estados Unidos, ingresando a la Cleveland Clinic. Allí, tras años de estudio y práctica, revolucionó la medicina al desarrollar la técnica del bypass coronario en 1967. Este procedimiento, que utiliza la vena safena para revascularizar el corazón, transformó el tratamiento de enfermedades coronarias y salvó millones de vidas. En 1970 publicó un libro explicando esta técnica, consolidando su prestigio internacional.
A pesar de su éxito en Estados Unidos, Favaloro regresó a Argentina en 1971 para fundar la Fundación Favaloro, con un enfoque en atención médica, investigación y formación de excelencia. Desde su creación en 1975, la institución ha sido un pilar en la medicina nacional e internacional.
Favaloro no solo destacó como médico e investigador, sino también como un ciudadano comprometido. Denunció problemáticas sociales como la pobreza, la desocupación y la violencia, y siempre sostuvo que la educación era clave para la transformación social. A menudo decía que deseaba ser recordado más como docente que como cirujano.
El 29 de julio de 2000, agobiado por problemas económicos en la Fundación y por un sistema de salud atravesado por prácticas corruptas, Favaloro decidió quitarse la vida. En su carta de despedida denunció la exigencia de «retornos» por parte de obras sociales y organismos como el PAMI, que condicionaban los pagos reclamados por la Fundación al pago de sobornos.
Su trágico final puso de relieve las tensiones entre la ética profesional y las realidades de un sistema sanitario que privilegia el lucro sobre el bienestar de los pacientes. A pesar de las adversidades, su legado permanece como un símbolo de integridad, humanidad y compromiso con la excelencia y la justicia social.