“El María”, un turno sin excepciones

“El María”, un turno sin excepciones

La Antártida Argentina forma parte del patrimonio cultural e identitario de cada ciudadano de nuestro país, desde la infancia misma, cuando en las aulas se trabaja con la silueta cónica de un territorio que se sabe lejano, gélido y propio. En concordancia, forman parte del calendario de conmemoraciones fechas como el 22 de febrero, Día de la Antártida o el 21 de junio, en que se alude al Día de la Confraternidad Antártica.
Para ilustrar a nuestros lectores sobre la historia de aquel pedazo de suelo en el que un grupo de civiles y militares a diario ratifican soberanía con su presencia, Diario Prensa Libre invitó al especialista en temas antárticos, docente y militar retirado, Alejandro Bertotto, a compartir sus conocimientos. 

En general las dotaciones antárticas tienen especialistas como para llevar adelante toda la invernada, satisfacer las necesidades básicas de sus integrantes y poder cumplir con sus obligaciones, misiones y funciones adecuadamente. Así, más allá de jefes, científicos y personal administrativo, las dotaciones cuentan con carpinteros, meteorólogos, mecánicos, operadores de radio, personal de sanidad, cocinero, etc.

Sin embargo, el año es muy largo y la actividad es intensa, especialmente en algunos cargos que no tienen un horario que pueda ser interrumpido arbitrariamente. El cocinero por ejemplo, tiene trabajo todos los días y más allá de sus obligaciones específicas en la cocina. Por ello necesita como cualquier jefe de hogar, alguien que lo ayude, especialmente en las actividades rutinarias y dado que en la Antártida no se consigue servicio doméstico ni familiares que se puedan arrimar a dar una manito aparece en escena un servicio específicamente antártico llamado “el turno de María”.

El turno de “el María” es de estricto cumplimiento horizontal. En las fotografías se ve al jefe de la usina y al jefe de la base cumpliendo esa función.

Hacer “de María” en la Base Antártica es un trabajo que se le asigna a cada integrante de la dotación, determinada cantidad de días, para ayudar o directamente dar descanso al cocinero los domingos. Esencialmente se trata de una persona de la dotación que sirve el desayuno, hace la limpieza de los baños y las partes comunes de la base como el living comedor y los pasillos, cargar permanentemente bloques de hielo en el derretidor para proveer de agua, distribuir las viandas que hace el cocinero para el personal al medio día, planchar servilletas en triángulo (según dispuso Pirucho), mantener lustrados los adornos del estar general, acomodar las películas, etc. Y como se dijo, los domingos también se encarga de cocinar.

Al final del día “el María” prepara y sirve la mesa para la cena y luego levanta y lava los utensilios pertinentes. “El María” llega a la cama extenuado luego de una jornada de mucho trabajo, pero muy fructífera ya que se brinda con mucho esmero al descanso y bienestar de sus compañeros.
Como en el “Machuque”, los turnos de “el María” no tienen excepciones: todos, desde el jefe para abajo y por rigurosa lista, deben cumplir esa función.


 


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