Tras retomar las actividades el miércoles 13 de mayo se dispusieron separaciones, marcaciones, nuevos horarios y se implementaron diversas acciones para cumplir con la situación sanitaria producto de la pandemia. “Lo más importante fue volver a producir cumpliendo con todos los recaudos”, afirman desde la empresa.
El ruido y bullicio típico de las líneas de producción ya no es el mismo. Hay silencio y una sensación de vacío. El regreso de la actividad industrial demandó que la cantidad de operarios sea menor en cada turno y las jornadas laborales de un menor plazo. Los puestos de trabajo están separados por mamparas y el lugar donde se toman los descansos tiene sillas con el debido distanciamiento unas de otras, para que los empleados puedan tomar un refrigerio sin riesgos. Estas son algunas de las medidas del protocolo, que modificó la totalidad de los espacios en el regreso de las actividades hace poco más de un mes.
Todas las medidas que llegaron para quedarse han venido a “reordenar” los espacios, en todos los ámbitos y quizás la industria sea uno de los espacios que vio más impactada su rutina diaria. “Aproximadamente la inversión en prevención e implementación del protocolo es de 50 millones de pesos. Preferimos decir inversión y no gasto porque estamos cuidando la salud de las personas”.
Las medidas empiezan incluso antes de llegar la fábrica. Newsan dispuso una aplicación que en la que los empleados desde sus hogares responden una serie de preguntas sobre su estado de salud: si alguno de los indicadores se relaciona con los síntomas de COVID 19, no deben concurrir a trabajar y se le envía un mail al médico para darle un seguimiento.
Al llegar a las diferentes plantas, modernos termómetros con pantallas miden la temperatura: de ser mayor a 37.3 grados el molinete no se activa y no se puede ingresar, siendo derivado a enfermería. Una vez adentro, en el suelo las indicaciones marcan sentidos de dirección e incluso una luz en la puerta de los sanitarios da cuenta de si se puede entrar o no al baño: todo eso fue diseñado y puesto en marcha antes de retomar las actividades.
“Repensamos los espacios para cumplir con los protocolos y garantizar la salud de los empleados. Esto requirió un análisis de los planos para ver la mejor manera de realizar las tareas sin que esto implique un riesgo”, expresa Matías Mengolini, gerente de la Planta Aires Acondicionados de Newsan en Ushuaia.
Una de las mayores complejidades fue el traslado de los empleados en colectivos, que tuvieron que triplicarse para destinar uno a cada edificio y a la vez la posibilidad de ocupar solo algunos de los espacios de cada colectivo.
“Claramente con la aplicación de protocolos el transporte es uno de los temas más delicados. En los colectivos y combies en los que trasladamos a los empleados ahora se puede utilizar solamente la mitad de la capacidad, lo que requiere más móviles para la misma cantidad de gente”, define Mengolini, quien da la buena noticia de no tener contagiados ni casos sospechosos por el estricto cumplimiento del protocolo, aunque el gasto sea mayor: sólo en transporte se gasta $10 millones mensuales.
Los comedores permanecen cerrados, por lo que a pesar de estar habilitados para retomar la jornada laboral de 9 horas, Newsan continúa manteniendo turnos de 7 horas. “Por el momento es la mejor manera de contener una situación que se presentó en forma intempestiva. Tampoco están asistiendo trabajadores de los grupos de riesgo y tratamos de acomodar los horarios entendiendo las necesidades del personal, aunque no siempre se pueda cumplir, es la intención”, finaliza Mengolini acerca de los nuevos turnos y disposiciones para los 1600 empleados que tiene la empresa distribuidos en las 4 plantas en las que opera en Ushuaia.
*Los números de empleados y gasto mensual en transporte corresponden a la información de Télam sobre Newsan
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