En niñas menores de 15, la mayoría de embarazos no intencionales surge como consecuencia de abusos y violencia sexual.
Se conmemoró en el país los 10 años del Consenso de Montevideo con una serie de eventos que continuaron en el Centro Cultural Kirchner con la presencia de autoridades nacionales, OSC y organismos internacionales, con el liderazgo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), CEPAL y el Ministerio del Interior.
El primer encuentro se realizó el martes pasado con la participación de autoridades nacionales del Cono Sur y de UNFPA. Durante esta V Reunión Subregional sobre Políticas Públicas para Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia se compartieron los avances y desafíos de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Brasil.
El evento Subregional, que se inició en 2015 junto a los cinco países de Cono Sur y con el impulso de UNFPA, se llevó a cabo por primera vez después de la pandemia y tuvo como objetivo compartir los avances en materia de políticas públicas respecto de la garantía de los derechos sexuales y reproductivos y elaborar una agenda conjunta de trabajo entre los países parte, para impulsar acciones, estrategias y programas para brindar respuesta integral a esta problemática y, a su vez, potenciar la coordinación regional.
Si bien en la región de América Latina y el Caribe se ha avanzado en la garantía de los derechos sexuales y reproductivos, la autonomía corporal, el derecho a una vida libre de violencias, a la educación integral en la sexualidad, entre otros, todavía persisten importantes brechas y la desigualdad sigue siendo la principal causa de embarazo no intencional adolescente. Es así, que esta región tiene la segunda mayor tasa de fecundidad en la adolescencia, luego de África Subsahariana y registra niveles por encima del promedio mundial y de lo que se esperaría acorde a su nivel de desarrollo económico y social.
Esta situación tiene consecuencias directas para las niñas y adolescentes, para quienes implica mayores riesgos de salud, mayor probabilidad de abandono escolar y una inserción laboral más precaria, como así también en el desarrollo de los países y la reproducción intergeneracional de la pobreza.
“El embarazo adolescente está provocando que los países se pierdan un desarrollo verdaderamente inclusivo, ya que su alta prevalencia aumenta las desigualdades y atrapa a las personas en la pobreza”, alertó Alejandra Corao, Asesora Regional SSR UNFPA LACRO.
No obstante, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Brasil registraron un descenso de esta variable en los últimos años. «Los cinco países del Cono Sur logramos reducir las tasas de fecundidad adolescente y podríamos ser un faro para la región. A 10 años del Consenso de Montevideo es clave fortalecer la agenda y continuar trabajando para garantizar opciones y derechos para todas las personas, sin dejar a nadie atrás», dijo Mariana Isasi, Jefa de deicina de UNFPA Argentina.
Principales conclusiones del encuentro
La mortalidad materna es mucho mayor en aquellos embarazos que ocurren en menores de 15 años y el riesgo exponencial de mortalidad materna aumenta con el número de embarazos.
Si bien la tasa de embarazos se redujo en el rango etario entre 15 y 19 años, todavía hay trabajo por hacer en los grupos de niñas y adolescentes de las poblaciones más dejadas atrás (indígenas, afrodescendientes, migrantes y personas con discapacidad) a través del fortalecimiento de los sistemas de información y el acceso a políticas públicas que garanticen los derechos sexuales y reproductivos.
El diseño de políticas públicas, la actualización de las leyes y los cambios normativos contribuyen directamente en la reducción de la tasa específica de embarazos no intencionales en la adolescencia. Asimismo, la promoción de métodos anticonceptivos de larga duración (DIU e implante) son más eficientes en términos de prevención de embarazos no intencionales en adolescentes. Es un desafío de la región generar políticas que incorporen a las masculinidades y su rol en la reducción de las desigualdades de género.
«Para continuar la construcción de una agenda regional a largo plazo es fundamental identificar y facilitar la cooperación Sur-Sur para avanzar hacia el fortalecimiento de capacidades nacionales, estrategias comunes y respuestas integradas, en un contexto regional de gran movilidad humana en que adolescentes y jóvenes transitan y cruzan fronteras en medio de una crisis humanitaria», cerró Corao.
En el encuentro participaron Sandra Tirado, Viceministra del Ministerio de Salud de Argentina; Valeria Isla, Directora Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, Ministerio de Salud de la Nación; Juan Carlos Escobar, Director de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud de la Nación; integrantes de la Dirección de Derechos Humanos, Género y Educación Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación; Grace Fátima Souza Rosa, Coordinadora General de Articulación de la Atención Integral del Ministerio de Salud de Brasil; Mariana Voydeville Damasceno, Asesora Técnica en Atención Sanitaria a la Infancia y la Adolescencia del Ministerio de Salud de Brasil; Cettina D’Angelo Quezada, Matrona y Asesora del Programa Nacional de Salud de Adolescentes y Jóvenes de la Subsecretaría de Salud Pública del Ministerio de Salud de Chile; Carolina Ruiz, Asesora del gabinete del Viceministerio de Salud de Paraguay; José Luis Satdjian, Viceministro de Salud Pública de Uruguay.
Datos relevantes por país
Argentina
Desde 2018 Argentina registró el mayor descenso de la tasa de fecundidad en la adolescencia de los últimos 46 años, cuando alcanzó su máximo valor histórico en 1977.
Sin embargo, las provincias del norte argentino presentan indicadores tres veces superiores a la media nacional con niveles similares a los registrados en las regiones menos desarrolladas del mundo.
Brasil
En 2020 nacieron 381.653 bebés de adolescentes, siendo 17.579 nacidos vivos de niñas de 10 a 14 años y 364.074 de adolescentes de 15 a 19 años.
Las tasas más altas se encuentran en las regiones norte y nordeste, y son más altas en poblaciones indígenas y afrodescendientes.
Chile
La población más vulnerabilizada tiene 63 veces más de posibilidades de tener un embarazo adolescente no intencional.
El 100% de las adolescentes menores de 14 años que accedieron a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en Chile fueron víctimas de violación.
Paraguay
Es uno de los países en los que la desigualdad es más visible cuando vemos los números de embarazo en las poblaciones indígenas, donde el registro de nacidos vivos en niñas indígenas de 10 a 15 años se ha incrementado en un 34% entre el 2018 y el 2020 y en un 14% en adolescentes indígenas de 15 a 19 años en el mismo periodo.
Uruguay
Actualmente la fecundidad adolescente se ubica en 22.67 por 1000. Si bien este es un logro muy importante, aún el país está lejos de alcanzar los niveles de fecundidad adolescente de los países desarrollados.
Cómo impacta el embarazo no intencional y la maternidad temprana en la vida de las mujeres
Los embarazos no intencionales y la maternidad temprana en la vida de las mujeres tienen impactos en múltiples aspectos de su vida y provocan un aumento en la brecha de desigualdades respecto al acceso a la educación, el empleo y su propia salud.
Respecto a la educación, en Argentina las adolescentes que tuvieron un hijo tienen menos probabilidades de terminar sus estudios secundarios: solo el 38% de las mujeres que tuvo un/a hijo/a en la adolescencia completó la educación secundaria, mientras que el 55% de quienes la/o tuvieron después de los 20 años pudo terminar este nivel. Las mujeres que tienen un hijo/a en la adolescencia (MMA) y experimentan tempranamente la maternidad alcanzan un menor nivel educativo que las mujeres que retrasan su maternidad a la primera década de la vida adulta.
Se estima que las mujeres que fueron madres en la adolescencia y buscan trabajo tienen una probabilidad menor de conseguirlo que las mujeres que retrasaron su maternidad, siendo que la tasa de desempleo que enfrentan las primeras es 21,4% es mayor que el de las mujeres que fueron madres en una edad adulta (la tasa de desempleo de las MMA es de 7,7% vs. 6,3% para las madres adultas). Esta mayor tasa de desempleo implica una pérdida de ingresos estimada en $1.151 millones al año, el equivalente a 30,4 millones de dólares.
7 de cada 10 embarazos en adolescentes entre 15 y 19 años en Argentina no han sido intencionales, mientras que en niñas menores de 15 el número se eleva a 8 de cada 10, la mayoría como consecuencia de abusos y violencia sexual. Para completar este panorama, el Sistema Informático Perinatal (SIP), que releva el 80% de las maternidades públicas del país, indica que el 29% de las adolescentes tuvo un hijo/a por segunda o tercera vez antes de los 20 años
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