DESDE IMPLEMENTADO EL SISTEMA DE CONTROL SE REGISTRARON ALREDEDOR DE DIEZ INTENTOS.
Desde las misma fuerza policial que custodia el lugar ahora de modo aleatorio, se dejó deslizar el malestar que existe por la falta de colocación de luminarias y de cámaras de seguridad, además de una adecuada estructura metálica de altura que reemplace las actuales barandas del puente que fácilmente pueden ser traspuestas, según anuncios realizados hace más de 60 días.
La decisión de las autoridades gubernamentales de implementar un inédito sistema de control en el puente que cruza el Arroyo Grande, sobre Avenida Héroes de Malvinas, continúa dando buenos resultados.
La iniciativa fue del licenciado en psicología y jefe de gabinete, Leonardo Gorbacz, luego de que una médica clínica del Hospital Regional Ushuaia, la Dra. Iryna Soroka, acabara con su vida arrojándose a las aguas del torrentoso arroyo.
Si bien en un primer momento algunas voces cuestionaron la efectividad de que un patrullero policial con dos uniformados permaneciera apostado a un costado del puente, la estadística registrada entre el 25 de agosto y la fecha, son concluyentes: por lo menos diez vidas se salvaron gracias a la rápida intervención de la Policía asignada a custodiar el lugar. En todos los casos, los uniformados siguen cabalmente un protocolo prefijado, que incluye la disuasión verbal con argumentación específica y la física de resultar necesaria, mientras se aguarda la llegada de la ambulancia con personal del área de Salud Mental, instruido para responder con celeridad a los llamados.
Es de destacar que en la mayoría de los casos se trata de jóvenes, de sexo femenino y masculino, que llegan hasta el fatídico lugar llorando y manifestando no soportar el dolor emocional por peleas o rupturas amorosas.
El 25 de octubre último, a aproximadamente las 13, un joven de 18 años llegó hasta el lugar muy afligido, con una crisis de nervios, manifestando que deseaba terminar con su vida. Fue gracias a la eficaz intervención del personal policial que se le acercó para contenerlo que el muchacho se tranquilizó hasta la llegada de la ambulancia, en la que fue trasladado al nosocomio para su mejor atención en Salud Mental.
Otro hecho similar se registró el lunes 29 de octubre, a aproximadamente las 18, cuando una jovencita también de 18 años de edad, llorando desconsolada se agarró a las barandas del puente con intención de saltar al agua. Nuevamente el personal policial logró calmarla y hacerla reflexionar, tarea a la que se sumó minutos después personal sanitario que la trasladó al hospital.
Desde los últimos días de agosto y hasta los primeros de octubre, la presencia policial fue durante las 24 horas, en tanto que desde ese momento y hasta la fecha, es aleatoria, con breves intervalos entre una y otra consigna.
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