En pocas horas el 2024, año par, bisiesto, cuesta arriba y sinuoso, tormentoso y hasta desesperante por tramos, se irá. Al mirar al horizonte, el 2025 ya se asoma, aunque por ser aún desconocido, nos atrevemos a calificarlo solo de «esperanzador». Veremos qué nos depara, pero es casi seguro que nos pondrá a prueba con infinitos desafíos, en una gimnasia ¿a la que estamos acostumbrados?. Uno de ellos, quizás el más importante, será vivir en vez de sobrevivir y mantener la fe en que, si bien podría ocurrir lo opuesto, todo cambiará para mejor.
El final de un año siempre invita a la reflexión, a hacer balances de lo vivido, de los logros y también de las dificultades. Nos recuerda que el tiempo avanza y que, aunque no tengamos todas las respuestas, el futuro sigue siendo un espacio de posibilidades infinitas. En esta transición, queremos tomar un momento para transmitir nuestro inmenso reconocimiento a todos aquellos que continúan haciendo posible lo que, hace más de tres décadas, fue solo un sueño: contar con un diario de distribución gratuita al que cualquier persona pueda acceder con solo estirar la mano en los lugares de tránsito público. Y no es poco.
Hoy, casi a 37 años de la fundación de Diario Prensa Libre —el 8 de febrero del año por venir será nuestro cumpleaños— volvemos a expresarle nuestro agradecimiento a los auspiciantes, suscriptores y lectores en general. Gracias por su apoyo constante, por hacer posible que sigamos compartiendo información y acercando noticias a la comunidad.
Nosotros, los que estamos detrás de las páginas, de las computadoras e impresoras, somos personas que elegimos vivir con esperanza, con la certeza de que cada día nos brindará una nueva oportunidad. Eso es lo que nos permite seguir adelante, incluso en los momentos más oscuros e inciertos.
Deseamos transmitir la fórmula y desearle a cada uno de los que nos acompañaron hasta aquí, un 2025 suave, terso y dulce y que nos entone el ánimo; que no le haga faltar la comida en la mesa a nadie, ni la buena compañía, alegría o consuelo; y que, al menos en lo cotidiano, comprar un par de zapatos nuevos no se convierta en un desafío para el presupuesto personal o familiar.
Que el próximo año nos brinde paz, bienestar, prosperidad y las fuerzas necesarias para seguir adelante, con la convicción de que siempre lo mejor está por venir.
Es el saludo del equipo humano de Diario Prensa Libre, y de Tita, la querida perrita que también forma parte de nuestro staff.