El juez de instrucción Javier de Gamas Soler lo había procesado y detenido por un nuevo hecho delictivo pero sus colegas camaristas Paola Cauchich y Andres Leonelli, lo dejaron en libertad en forma express.
Un peligroso criminal con un prontuario saturado de hechos que tienen como factor común el del uso de la violencia y varias condenas que inexplicablemente vuelven a ubicarlo una y otra vez en la calle, fue depositario de la benevolencia de dos jueces camaristas, quienes en tiempos de coronavirus, rápidamente le cambiaron la figura delictiva inicial encuadrada según el criterio del juez de Instrucción, por la que había sido detenido y lo beneficiaron con la excarcelación.
Uno de los casos más resonantes en los que Quiroga estuvo involucrado fue el de la motorización de un motín en la Alcaidía de Ushuaia en el año 2010 junto al asesino de Daniel Santacruz, propietario de una despensa de barrio, en donde fue ultimado a cuchillazos.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Sur lo condenó seis años más tarde a la pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo y a su co equiper, Marcos Fernando Díaz, a la pena de dos años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo.
“Jony” fue hallado autor material y penalmente responsable de los delitos de robo simple reiterado –dos hechos-, resistencia a la autoridad en concurso ideal con lesiones leves, instigación a cometer delitos y daño agravado, todos en concurso real, por los hechos cometidos el 29 de junio de 2007, en perjuicio de Miriam Edith Saavedra y Juvencio Melinao Ruíz, así como el día 18 de febrero de 2012, en perjuicio de Lucio Martín Gómez Marshall y Agustín Emanuel Rodríguez, y el día 28 de agosto de 2010, en perjuicio del Servicio Penitenciario Provincial, en ocasión del motín.
A Quiroga se le unificó la última pena mencionada con otra ya unificada anteriormente de diez años y siete meses de prisión, impuesta por el Juzgado Correccional de Ushuaia, el 8 de junio de 2015 en los autos 2979/14, en la pena única de trece años de prisión, y se lo declaró reincidente por cuarta vez.
Fiel a su proceder, Quiroga volvió a las andadas el mes pasado, en plena cuarentena cuando con otro malviviente ingresó a la casa de un policía del área de Minoridad y Familia, domiciliado en la calle Magallanes al 1500, lo agredió salvajemente y le intentó robar algunas pertenencias.
Aunque Quiroga le causó lesiones al uniformado, atacándolo por la espalda y propinándole puntazos con un cuchillo en el cuello y la cabeza, los jueces camaristas Paola Caucich y Andrés Leonelli, consideraron que “no era para tanto” y desautorizaron al juez de instrucción Javier de Gamas Soler, que había dispuesto su detención, liberándolo.
Como era de presumirse, luego de que los dos integrantes de la Cámara de Apelaciones de la Justicia Provincial lo dejaran en libertad, Quiroga provocó una nueva víctima.
Jonathan Renzo Quiroga asaltó a un vecino a golpes de puño y se apropió de su teléfono celular, poco después de haber recibido el beneficio que le concedieron Caucich y Leonelli, en un episodio violento absolutamente evitable si los camaristas no le hubieran cambiado la carátula dispuesta por De Gamas y aplicado una más benévola.
Ambos magistrados, de manera temeraria, fueron en contra de lo dispuesto por su par del Juzgado de Instrucción Nro 1, quien en virtud de los antecedentes obrantes, la contumaz reincidencia del reo, su inclinación a la violencia y a la comisión de delitos contra la propiedad, lo había encarcelado. Como el abogado defensor de Quiroga recurrió ante la Cámara de Apelaciones, Cauchic y Leonelli volvieron a sopesar la situación y en tiempo record le cambiaron la calificación legal al delito cometido. De esta manera y en el marco de la pandemia por el COVID 19, en la que algunos jueces se conduelen por los delincuentes antes que por las víctimas que éstos causan, le abrieron la puerta para que saliera del calabozo. Algunas horas más tarde, abordó a un vecino, lo atacó a golpes de puño y le sustrajo su aparato de telefonía celular.
Como si todo lo dicho no fuera suficiente, la proclividad de “Jony” a delinquir quedó de manifiesto cuando el 4 de mayo último, en la calle Juana Fadul al 400, personal policial de la Comisaría 1era., lo encontró fuera de sí, causando desórdenes en la vía pública, iniciándosele una nueva causa esta vez en la órbita federal por violar la cuarentena.
Quiroga estaba “sumamente alterado”, consta en las actuaciones, siendo notificado de que se encuentra incurso en una causa por infracción al Decreto de Necesidad y Urgencia por la pandemia coronavirus.
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