Condenaron en Ushuaia a tres jóvenes, dieron la probation a una mujer y dos niños de 14 y 15 años resultaron impunes e inimputables por su edad. Desde Tucumán, Daniel Quinteros, una de las víctimas del demencial ataque del que fue víctima junto a dos mujeres, por parte de una banda de delincuentes juveniles en Ushuaia, escuchó la aplicación de condenas que van desde los 14 a los 4 años de prisión.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Sur condenó el viernes 6 de diciembre de 2024, a un año y un día de ocurrido el hecho juzgado, a tres hombres acusados del delito de robo agravado en grado de tentativa con amenazas coactivas, por el feroz ataque en banda cometido el 7 de diciembre de 2023 en perjuicio del vendedor ambulante riograndense Daniel Quinteros, su esposa, María del Carmen Quevedo de Quinteros y una conocida de ambos, Jésica María Fernanda Chávez.
Como ya fuera informado, el 7 de diciembre del año pasado, a las 3:30 de la madrugada, Quinteros y las dos mujeres estaban pernoctando en una casa abandonada de dos plantas ubicada en la calle Acigami Nº 1.818, esperando poder viajar ese día a Río Grande, de regreso, desde donde habían arribado para probar suerte en lo laboral.
Como apenas pudieron sostenerse con algunas pocas ventas, debieron esperar que sus familiares les enviaran dinero para comprar los pasajes. Por ese motivo, estaban durmiendo prácticamente en la calle cuando fueron abordados por un grupo compuesto por chicos y chicas de entre 14 y 27 años que comenzaron exigiéndoles que les entregaran todas sus pertenencias y terminaron por casi quitarle la vida a Quinteros.
Después de rodearlos y amenazarlos con armas blancas, el hombre de 39 años fue empujado desde un primer piso a través de una ventana, desde la que cayó pesadamente a la vereda. Tendido en el suelo, los jóvenes le asestaron puntazos profundos con un cuchillo de cocina y con una botella rota, y lo golpearon en el rostro con un cascote. Fueron tantas y tan graves las lesiones — pérdida total de un ojo y daños permanentes en intestinos y vías urinarias — que actualmente, pese al año transcurrido, Daniel Quinteros continúa privado de toda calidad de vida.
Personal policial de la comisaría primera logró dar con los autores al cabo de algunas horas, siendo localizados en esa oportunidad una niña de 14 años, un chico de 15, una joven de 17, otro menor de la misma edad, un mayor de 18 años y otro de 29 años.
En juicio oral restringido, la Justicia imputó a tres de ellos y a la joven de 17 años, produciendo una condena el pasado viernes.
De tal modo, el Tribunal condenó a Facundo Jeremías Ezequiel Gómez Ávila, de 18 años, a la pena de 14 años de prisión de cumplimiento efectivo. El condenado es soltero, empleado de la construcción, nacido en Ushuaia y domiciliado en la calle Marcos Zar Sur al 200.
Los jueces condenaron por el mismo delito a Guillermo Andrés Fuentes, de sobrenombre “Mito”, quien al momento de los hechos tenía 17 años. Por esa razón, habiendo cumplido el 27 de mayo último la mayoría de edad, Fuentes deberá esperar que se constituya un Tribunal de Menores para contar con sentencia definitiva. Los 14 años aplicados a Gómez Ávila podrían convertirse en una pena menor para Fuentes, justamente porque al momento del hecho juzgado era menor de edad. Fuentes es de estado civil soltero, desocupado, nacido en Ushuaia, domiciliado en la calle Kuanip y es analfabeto, ya que declaró no saber leer ni escribir.
Los dos sujetos cuentan con un perfil de máxima peligrosidad, dado que se le atribuye al primero haberle abierto el estómago a Quinteros con una botella rota y con un cuchillo de gran tamaño, el segundo. Cabe destacarse que los dos condenados obraron ante el total estado de vulnerabilidad e indefensión de su víctima, a la que habían empujado segundos antes desde una planta alta.
En cuanto al mayor del grupo delictivo, identificado como Walter Alexander López, apodado “Misio”, soltero, de 29 años, desocupado y oriundo de la ciudad misionera de Posadas, domiciliado en Ushuaia en la calle Acigami al 1.800, fue condenado a 4 años de prisión como coautor material y penalmente responsable del delito de amenazas coactivas agravadas por la intervención de un menor de edad y declarado reincidente.
Otra de las imputadas en el juicio fue Camila Abigail Nieva, quien al momento de los hechos tenía 17 años, pero que adquirió la mayoría de edad el 16 de mayo de 2024. De estado civil soltera, de ocupación estudiante, nacida en la ciudad de Ushuaia y domiciliada en la calle Alem al 4.000, la mujer fue eximida del debate, ya que solicitó la suspensión del juicio a prueba, o probation, en el marco de una imputación por amenazas coactivas, a lo que el Tribunal accedió.
Es importante tener en cuenta, además, que del repudiable ataque que estuvo a punto de quitarle la vida a Daniel Quinteros, quien sobrevivió y continúa hasta la actualidad con gravísimas secuelas, participaron dos niños: una menor de 14 y otro de 15 años. En lo que respecta al adolescente, el expediente registra que tuvo un rol fundamental en la pérdida del ojo y desfiguración del rostro de Quinteros, dado que fue quien, con una piedra, lo golpeó estando el atacado indefenso en el piso.
Debido a la legislación vigente, la Ley N° 22.803, ninguno de los dos menores puede ser juzgado, dado que son considerados inimputables por tener menos de 16 años.
El Tribunal de Juicio estuvo presidido por los jueces Maximiliano García Arpón, Alejandro Pagano Zavalía y Rodolfo Bembihy Videla, quienes darán a conocer los fundamentos de su sentencia el próximo viernes 13 de diciembre.
La principal víctima hoy Daniel Quinteros tiene la vida truncada. Durante la primera jornada del juicio, con gran dificultad, prestó testimonio vía Zoom desde la provincia de Tucumán, adonde se trasladó con el correr de los meses después de estar internado en el Hospital Regional Ushuaia y en el Hospital Regional Río Grande, para poder ser asistido por su familia.
Perdió un ojo, tiene la cara desfigurada y su cuerpo está lleno de cicatrices, inclusive su cuello, donde se puede ver la marca de la traqueotomía a la que debió ser sometido cuando entró en estado desesperante a la guardia en la madrugada del 7 de diciembre de 2023. Su tórax y estómago también evidencian los puntazos que le interesaron órganos vitales y que le impiden comer o excretar sus desechos, como cualquier persona.
Hasta el momento, continúa siendo incomprensible por qué el grupo de niños y jóvenes de Ushuaia procedió con tal grado de ensañamiento y conducta demencial, aunque todo indica que la mayoría de ellos obraron potenciados por los efectos del alcohol y las drogas que acostumbraban a consumir en la casa abandonada de la calle Acigami.