LA MUJER ESTA DETENIDA DESDE DICIEMBRE DE 2018 SOSPECHADA DE HABER SIMULADO EL SUICIDIO DE SU PAREJA, DESPUES DE HABERLO GOLPEADO Y FINALMENTE, AHORCADO.
La mujer enfrentaba también una causa por incendio intencional, por la que el fiscal Eduardo Urquiza pidió que se la absuelva.
En la sala del Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Sur se desarrolló ayer la segunda jornada del debate oral y público tendiente a determinar la responsabilidad penal de Claudia Concha Avila, de nacionalidad chilena y de 45 años de edad, quien está imputada de los delitos de homicidio agravado por el vínculo e incendio.
En la etapa de alegatos, el fiscal Eduardo Urquiza pidió prisión perpetua para la mujer sospechada de haberle causado tormentos físicos a Gustavo Ezequiel Ponce, de 37 años de edad, para luego quitarle la vida y finalmente simular un suicidio.
En lo que respecta a la segunda causa en trámite, que se remonta a un hecho ocurrido en el año 2014, el tituilar del Ministerio Público planteó la absolución de la imputada.
Hoy la acusada tendrá la oportunidad de dirigirse por última vez a los jueces que decidirán su destino, luego de lo cual se procederá a fijar sentencia.
UN SUICIDIO QUE NO HABRIA SIDO TAL
En un principio todo parecía indicar que Gustavo Ezequiel Ponce había decidido quitarse la vida en el baño de la habitación Nro 18 del Apart Hotel Além, sito en avenida Além 1279, mientras su pareja, Claudia Concha Avila dormía en el dormitorio contiguo pero el correr de las horas cambió drásticamente el rumbo de la investigación. Aunque la mañana del 2 de diciembre de 2018 la mujer reaccionó ante el personal policial interviniente con sorpresa y dolor por la muerte de Ponce, apenas dos días después una comitiva policial se presentó en su domicilio para detenerla por disposición de la jueza de Instrucción María Cristina Barrionuevo, en calidad de sospechosa de la muerte de su novio.
Los primeros indicios de que algo no era lo que parecía fueron observados por integrantes de la División Policía Científica y del área Delitos Complejos en el cuerpo de Ponce y en el baño en donde fue encontrado.
Varias marcas de heridas en las muñecas, aparentemente infligidas por algún tipo de elemento cortante, como por ejemplo un cuchillo o navaja, ubicados en una zona que hacía pensar que el hombre intentó defenderse de una agresión y el hecho de que al llegar la Policía el cadáver yacía tendido al lado del inodoro, fueron los dos primeros elementos que hicieron dudar a los investigadores.
Cuando el informe forense determinó que la muerte sobrevino por paro cardio respiratorio por constricción de las vías respiratorias superiores compatibles con ahorcamiento, la magistrada Barrionuevo decidió firmar la orden de detención de Concha Ávila.
Durante el juicio, el fiscal Eduardo Urquiza puso de relieve el tormento que habría sufrido Gustavo Ponce antes de expirar, informando en la sala que: “Se desprende que en el horario de las 07.35 a las 10.00 no hubo acceso de terceras personas al lugar del hecho, por lo que en la habitación donde se produjo el deceso de la víctima sólo se encontraba la imputada y Ponce.
Como prueba del ocultamiento de elementos, se determinó que se verificó la existencia de manchas de sangre en diferentes lugares de la habitación y dos piedras, una de ellas fragmentada en secciones en el interior del horno”.
La autopsia determinaría posteriormente que Ponce presentaba “hematomas de reciente data en la zona genital y lesiones en el sector de la cabeza, que pudieron ser provocadas con el objeto de aturdir, atontar o reducir la resistencia de la víctima”, describe.
En el escrito, el fiscal Urquiza señala también que la imputada “luego de haberle provocado golpes en la cabeza, le ocasionó asfixia por compresión externa del cuello hasta provocarle la muerte”.
El cadáver de Gustavo Ponce fue encontrado boca arriba, con la mitad inferior del cuerpo ubicado hacía el interior del baño y la mitad superior hacía el exterior. Estaba desnudo, tapado con un acolchado que le cubría los genitales y las piernas.
La imputada insistió ante el Tribunal que su pareja se suicidó ahorcándose con un pañuelo en el interior del baño de la habitación del hospedaje, mientras ella dormía y remarcó que la relación que tenía con el hombre era “complicada, de mucha violencia y de excesos de alcohol y droga”.
De prosperar la petición del fiscal, Claudia Concha Avila, cuyo nombre de fantasía es “Lara Montana”, usado en el ejercicio de la prostitución, según ella misma admitió durante el juicio, podría ser condenada a prisión perpetua.
CONFUSA AUTORIA DE UN INCENDIO
Claudia Concha Ávila está siendo enjuiciada también por haber provocado un incendio en el departamento en el que se domiciliaba en el año 2014, en un edificio sito en calle 25 de Mayo al 300.
En aquella época la enjuiciada estaba en una relación con un sujeto de nacionalidad francesa, Kevin Jean Pierre Briand, con quien tuvo una agria discusión el día 28 de abril, alrededor de las 15.35.
Ante los jueces, la mujer relató que Briand había comenzando siendo un cliente de sus servicios sexuales, pero que después se unieron en una relación de noviazgo.
Ese día, rememoró la imputada, el francés le había propuesto viajar juntos a Brasil para radicarse en ese país, en donde él esperaba que ella continuara ejerciendo la prostitución.
Ante su negativa, el hombre se habría puesto furioso negándose a irse del departamento, por lo que ella decidió salir del inmueble hasta que se calmara. Al salir a la calle se encaminó a la casa de la mujer para la que trabajaba como prostituta, de nombre Yamila y domiciliada en la calle Gobernador Campos al 1200, pero no la encontró. Cuando regresaba se encontró con el departamento prendido fuego.
Ambos fueron imputados por la autoría de un incendio que pudo causar graves perjuicios a los ocupantes de los demás departamentos del edificio.
En el caso del sujeto extranjero, después de someterse a un período de reglas de conducta, se fue de la provincia, en tanto ella, como no las cumplió fue imputada a comparecer en juicio.
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