Gestionando la pandemia.
La importante inversión realizada por la Justicia provincial para adecuar las salas de juicio de Ushuaia y Río Grande en el contexto de la pandemia, choca de lleno con la sensatez individual, que no se adquiere en ninguna vidriería.
En las fotografías se puede apreciar cómo para la realización del juicio que tuvo lugar el miércoles 15 de julio en Ushuaia se instalaron paneles de grandes dimensiones, de amplios y costosos paños de acrílico enmarcados por también muy caros perfiles de aluminio entre el sector de los escritorios de los jueces, defensores y fiscalía y la silla que se le asigna a quienes comparecen en el juicio. De tal manera, es cierto, los funcionarios judiciales quedan completamente separados de los declarantes… pero unidos entre sí codo con codo. Y sin barbijo, como si fuera poco, tal como se puede ver en la imagen a las abogadas querellantes y a la parte de la Defensa.
Con un criterio de mayor austeridad y eficiencia pragmática, en el distrito judicial norte se instalaron paneles de menores dimensiones, por sobre el nivel de los escritorios (y no del piso casi hasta el techo como en Ushuaia) con un consecuente ahorro de fondos del erario público y el provecho sanitario esperado. Además alguien ideó acertadamente la colocación de paños separadores entre jueces, como también se puede apreciar en las fotografías, con lo cual redujeron prácticamente a cero la posibilidad de que las gotas de saliva no solo de los expositores sino también de sus pares, los alcance.
Así, queda demostrado que el derroche de recursos – que se supone que son finitos y deben cuidarse porque los aporta la ciudadanía en general – no es garantía de nada.
Diario Prensa
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