A FIN DE TRATAR DE EVITAR NUEVOS CASOS
Después de ocurrido el suicidio de la médica de familia del Hospital Regional Ushuaia, Iryna Soroka, la noche del sábado 25 de agosto y ante la posibilidad de que pudiera repetirse este tipo de hecho, según lo indica históricamente la estadística provincial, las autoridades decidieron acertadamente apostar una unidad policial en las cercanías del puente amarillo que atraviesa el Arroyo Grande, por un tiempo prudencial al menos.
La iniciativa fue oportuna dado que el viernes 31 de agosto a alrededor de las 18 los uniformados observaron a un joven de 17 años de edad que se acercó hasta el lugar con intenciones de atentar contra su vida. Los policías lograron evitar que el muchacho concretara su objetivo, tratando de contenerlo mientras arribaba una ambulancia. Una vez ingresado al nosocomio fue atendido por personal del área de Salud Mental, en donde permanece bajo atenta vigilancia.
Lamentablemente, y como marca la negra estadística fueguina, luego de la médica se consumó otro caso que no pudo ser evitado de modo alguno y que es el caso que enluta a la familia Cappello, publicado en nota aparte.
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