Hoy nuestra Reserva Natural está siendo devorada por el fuego. Ese fuego no fue natural. Fue consecuencia del descuido y la insensibilidad de un ciudadano. Por lo tanto, independientemente de las opiniones que tengamos respecto a si se está haciendo mucho o poco respecto al combate contra el fuego, nos debemos otras reflexiones que intenten profundizar en el por qué llegamos a esta instancia.
Mi opinión es que nos ocurren estas desgracias porque un enorme porcentaje de nuestra población siente desprecio por el lugar en el que vive, mientras que otra parte no se compromete con nada y «nunca ve nada». Suceden estas cosas también porque tenemos gobiernos que nunca hallan responsables y si los encuentran, tenemos una Justicia que siempre encuentra atenuantes…
Nunca criticaría a los brigadistas porque no tengo los conocimientos para juzgar su trabajo, solo puedo decir que he sido voluntario en el incendio de diciembre de 1978 y que tengo en claro lo que es estar dentro de un bosque incendiándose, con árboles de 300 años que literalmente “explotan» en medio del fuego. Y uno con la manguerita tirando agua, se siente inútil.
Tengo un enorme respeto por quienes arriesgan sus vidas en estas batallas. Pero no obstante ello, me cuesta creer que, tanto la provincia, como la nación, no puedan asegurar la compra que corresponda para dotarlos de elementos más eficientes.
Quisiera que este nuevo desastre nos lleve a reflexionar y a encontrar políticas más adecuadas.
Gracias brigadistas por lo que están haciendo.
Diario Prensa
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y toda Tierra del Fuego.