La Antártida Argentina forma parte del patrimonio cultural e identitario de cada ciudadano de nuestro país, desde la infancia misma, cuando en las aulas se trabaja con la silueta cónica de un territorio que se sabe lejano, gélido y propio. En concordancia, forman parte del calendario de conmemoraciones fechas como el 22 de febrero, Día de la Antártida o el 21 de junio, en que se alude al Día de la Confraternidad Antártica.
Para ilustrar a nuestros lectores sobre la historia de aquel pedazo de suelo en el que un grupo de civiles y militares a diario ratifican soberanía con su presencia, Diario Prensa Libre invitó al especialista en temas antárticos, docente y militar retirado, Alejandro Bertotto, a compartir sus conocimientos.
Hasta el día de hoy el militar antártico del Ejército Argentino es formado a semejanza de Hernán Pujato, «el San Martín de los Antárticos”. Egresado del Colegio Militar de la Nación el 24 de julio de 1924, fue un hombre de las tropas de montaña que alcanzó el galardón Cóndor Dorado. Falleció el 7 de septiembre de 2003, en el Hospital Militar Campo de Mayo a los 99 años.
La historia antártica de nuestro ejército se inicia mucho antes de la zarpada desde el puerto capitalino del Santa Micaela, a principios de 1951. Debemos remontarnos al momento en que Hernán Pujato es designado con el cargo de agregado en la Embajada Argentina en La Paz, Bolivia. Allí expuso su Plan Antártico al presidente de la República, general Juan Domingo Perón, cuando éste la visitó. Luego de ello, en 1949 Pujato fue comisionado a los Estados Unidos y Groenlandia para realizar cursos de supervivencia en frío extremo, iniciando así su preparación para operar en tan altas latitudes. Fue entonces que introdujo razas de perros polares cuyas cruzas derivaron finalmente en la obtención del “Perro Polar Argentino”, herramienta fundamental del antártico en las exploraciones realizadas en la meseta polar y el Antartandes.
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