UNIFORMADOS DE LA COMISARIA 5TA QUE CIRCUNSTANCIALMENTE PASABAN POR EL LUGAR LOGRARON EVITAR QUE UN JOVEN DE 19 AÑOS SE ARROJARA AL ARROYO.
Un nuevo caso de similares características a los de otros diez registrados entre el sábado 25 de agosto – día en el que la médica clínica del HRU, Iryna Soroka se arrojó a las aguas del Arroyo Grande para acabar con su vida – y la fecha, tuvo lugar el lunes último a alrededor de las 20, en el fatídico “puente amarillo”, de la avenida Héroes de Malvinas.
En momentos en que una gran cantidad de automóviles circulaban por la zona, un joven de 19 años de edad, que se encontraba caminando detrás de los guardraid y barandas del puente, llamó la atención de los ocupantes de un patrullero policial de la Comisaría 5ta. Inmediata y oportunamente los policías descendieron de la unidad y lograron evitar que el muchacho se precipitara al curso de agua que corre sobre un lecho rocoso muchos metros más abajo. Debieron inmovilizarlo, boca abajo, para evitar que atentara contra su vida, mientras se aguardaba la llegada de una ambulancia que lo trasladara al área de Salud Mental del nosocomio. Pese a que los policías intentaban hacerlo reflexionar, la tarea parecía en vano, dado que al joven se lo veía desorientado como si hubiera estado bajo los efectos de alguna droga.
Diario Prensa accedió a un video suministrado por un vecino que circunstancialmente pasaba por el lugar, el que es publicado aparte con ocultamiento del rostro del joven a fin de preservar su identidad.
Un joven de 19 años es inmovilizado por personal policial de la Comisaría 5ta., con asiento en Andorra, que pasaba oportunamente por el lugar a bordo de un patrullero, en el preciso instante en que el muchacho caminaba tambaleante y desorientado, detrás del guardraid que precede a la baranda del puente amarillo, con la intención de atentar contra su vida.
SIN LUCES, SIN CAMARAS Y SIN BARANDAS MAS ALTAS…
Pese a que en reiteradas ocasiones los vecinos de Ushuaia han pedido la instalación de luminarias en la zona del puente del Arroyo Grande, de cámaras de vigilancia y la construcción de una estructura que reemplace las barandas de pequeño porte de sus laterales, el tristemente célebre “puente amarillo”, sigue siempre igual.
Aunque todas estas mejoras son una y otra vez anunciadas oficialmente, por lo general después de algún nuevo suicidio consumado que conmocione a la sociedad, lo cierto es que hasta hoy ese sector continúa siendo “una boca de lobo”, con el agravante de que la consigna policial con un patrullero, que desde los últimos días de agosto hasta los primeros de octubre permaneció a la vera del arroyo, fue levantada y ahora el control se continúa haciendo de modo aleatorio, con mayor acento en horario nocturno.
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