Primeros auxilios psicológicos frente al COVID 19

Primeros auxilios psicológicos frente al COVID 19

Así como es de utilidad vital saber cómo hacer resucitación cardiopulmonar si alguien a nuestro lado cayera víctima de un ataque cardíaco, también debemos conocer algunos cuidados básicos para ayudar a quienes la estén pasando mal psicológicamente en la pandemia.

Reflexiones en cuarentenaSon herramientas que están al alcance de todos y en la que especialmente deben formarse los trabajadores de primera línea, esenciales, fuerzas de seguridad, funcionarios, docentes y cuidadores.

Frente a situaciones de crisis es de suma utilidad contar con algunas herramientas para ayudar, en un primer momento, a quienes puedan presentar dificultades psicológicas. Así como estamos habituados a escuchar hablar de los primeros auxilios (desde lo médico), aprender sobre los primeros auxilios psicológicos o primera ayuda psicológica (PAP) es un recurso clave en los tiempos que corren.

“¿Cómo se brindan los primeros auxilios psicológicos? Las palabras claves que tienen que guiar nuestro accionar son: observar, escuchar y conectar”.

“Según Esfera (2011) y IASC (2007), la primera ayuda psicológica describe una respuesta humana, de apoyo a otro ser humano que está sufriendo y que puede necesitar ayuda.” La PAP está dirigida a personas angustiadas, afectadas recientemente por un acontecimiento crítico grave, como por ejemplo, aquellos que estén nerviosos, preocupados, estresados o ansiosos por motivo de la pandemia; quienes estén padeciendo el virus, quienes hayan perdido a un ser querido o los que estén afligidos por las medidas de aislamiento, y puede proporcionarse tanto a niños, adolescentes o adultos.
La PAP propone una primera respuesta oportuna, es decir, en el momento de la crisis o el inmediatamente posterior, y puede realizarse donde esté físicamente la persona, con las medidas de seguridad apropiadas o mediante la utilización de teléfono u otros medios informáticos. Siempre es recomendable que se desarrolle en un ambiente seguro y privado para preservar a quien está atravesando una situación de vulnerabilidad.
Otra de las características de la PAP es que puede aprenderla y realizarla cualquier persona de la comunidad, es decir, no se requiere formación profesional, aunque es importante aclarar que hay situaciones que requieren apoyo experto inmediato, como cuando hay riesgo de daño a sí mismo o a terceros.
Para comenzar, hay cuatro aspectos principales que debemos tener en cuenta: respetar la seguridad, la dignidad y los derechos de las personas a las que se está ayudando, adaptar la propia acción a la cultura de las personas, considerar otras medidas de respuesta a la emergencia y cuidarse a uno mismo. Por otra parte, la PAP es parte de una respuesta más amplia frente a eventos disruptivos y dentro de lo que se denomina intervenciones en SMAPS (Salud Mental y Apoyo Psicosocial) por eso es fundamental operar de formar coordinada con aquellos que estén a cargo de la gestión de la crisis.

“Las personas que han vivido una crisis, pueden estar alteradas, ansiosas o confundidas. Lo primero que debemos hacer es mantener la calma y demostrar comprensión”.

Ahora bien, ¿cómo se brindan estos primeros auxilios psicológicos? Las palabras claves que tienen que guiar nuestro accionar son: observar, escuchar y conectar.
Observar implica ser conscientes del contexto. Prestar atención a los factores que debemos tener en cuenta para la seguridad propia y de los demás, identificar las personas que tengan necesidades especiales o mayores riesgos, para luego conectar con los servicios más adecuados.
Luego, escuchar. Las personas que han vivido una crisis, pueden estar alteradas, ansiosas o confundidas. Lo primero que debemos hacer es mantener la calma y demostrar comprensión. Si bien es frecuente que el sujeto relate lo ocurrido, no debemos presionar para que ello suceda, sino simplemente acompañar para que, si así lo desea, pueda desplegar su historia. Esta escucha que se propone, debe ir necesariamente acompañada de la confidencialidad sobre dicha información. La OMS señala que hay que aprender a escuchar con los ojos, prestando a la persona toda la atención; con los oídos, escuchando sus preocupaciones de verdad y con el corazón, siendo atento y respetuoso. Es dable aclarar que escuchar no es aconsejar, sino generar esa actitud para que alguien pueda hablar sobre sus necesidades y preocupaciones. A la distancia también se puede escuchar y eso no debe ser un obstáculo para comunicarse.
Y en tercer lugar, conectar. Ello implica contar con información fiable para poder suministrarla de acuerdo a los requerimientos de la situación y vehiculizar el acceso a los distintos servicios. Ayudar a las personas a resolver sus necesidades básicas y conectar con sus seres queridos y con las redes de apoyo social. Siempre es importante entender nuestro rol y límites, y ayudar a las personas a darse cuenta de sus propios recursos y fortalezas para hacer frente a la crisis.
Carmen Valle- Trabadelo, psicóloga española con gran experiencia en cuestiones humanitarias y de cooperación internacional, propone que se forme en PAP especialmente a los trabajadores de primera línea, trabajadores esenciales, fuerzas de seguridad, funcionarios y cuidadores. También, en el caso de niños y adolescentes, a docentes, para que puedan detectar comportamientos de riesgo y referirlo a los servicios especializados.

“Hay que aprender a escuchar con los ojos, prestando a la persona toda la atención; con los oídos, escuchando sus preocupaciones de verdad y con el corazón, siendo atento y respetuoso”.

Finalmente, cuidarnos para poder cuidar. Debemos atender tanto al bienestar emocional propio, como de aquel que estemos acompañando y la seguridad de ambos, para no exponernos ni poner al otro en mayor riesgo.
La información expuesta, que surge de recomendaciones que brinda la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, es de libre acceso, a través de su página web institucional, donde adicionalmente se puede realizar un curso gratuito y autoadministrable para formarse en primeros auxilios psicológicos. Pongamos en agenda la salud mental, desde el entendimiento que es un derecho de todos, pero también una responsabilidad. La primera ayuda psicológica, se ocupa tanto del apoyo social como el psicológico, y el único requisito para poder aprenderla es querer hacerlo. Todos podemos necesitarla en algún momento. La invitación está hecha.


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