Que una pandemia no tape a la otra

Este 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial en recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tránsito o WDoR (World Day of Remembrance), claramente una pandemia que ya existía y que todos conocemos, aunque aún falte mucho para sentarla a la mesa de las prioridades.

¿Por qué es tan importante hablar de los siniestros viales? “Argentina ostenta uno de los índices más altos de mortalidad por siniestros de tránsito. 19 personas mueren por día; hay 6.627 víctimas fatales por año (2019) y unos 120 mil heridos de distinto grado y miles de discapacitados.” (Asociación Civil Luchemos por la Vida). Sin embargo, a pesar de las alarmantes estadísticas, cierta naturalización de estos accidentes hace que les otorguemos menor relevancia en relación a otro tipo de riesgos y por ende aboquemos menos esfuerzos en la prevención de estas muertes y discapacidades que son evitables. Sí, los accidentes de tránsito se pueden evitar.

Pero veamos algunos datos más: “…los siniestros de tránsito en la Argentina, son la primera causa de muerte en menores de 35 años, y la tercera sobre la totalidad de los argentinos.” “Las cifras de muertos son elevadísimas, comparadas con las de otros países, llegando a tener 8 o 10 veces más víctimas fatales que en la mayoría de los países desarrollados, en relación al número de vehículos circulantes.” (op. cit.).

Ahora bien, dentro de las causas de muertes por accidentes de tránsito, una de las principales es el exceso de velocidad. Variable (velocidad) que a su vez interactúa con otros factores como la lluvia, la nieve, la baja visibilidad, el estado de las calles, etc. Otra de las causales que se cobra cientos de vidas, es el consumo de bebidas alcohólicas. También debemos mencionar los accidentes acaecidos por el uso del celular al volante y de peatones que circulan con su atención en el teléfono móvil y distraídos de lo que ocurre en su entorno.

Estamos hablando de miles de muerte por año que se pueden prevenir. ¿Pero cómo? una de las primeras cuestiones tiene que ver con la prioridad que se da desde el gobierno, y las políticas que desde los diferentes niveles del Estado se establecen. Dentro de este punto, podemos mencionar, entre otras cosas, el mejoramiento del estado de calles, rutas, marcado de sendas peatonales, lomos de burro, semáforos, señalizaciones, etc., pero también un necesario trabajo intersectorial e interdisciplinario con otros sectores como por ejemplo las áreas de prevención de consumos problemáticos.  Un mayor presupuesto y fomento a la investigación, resultarán asimismo indispensables. Pero con esto no alcanza. Marcar la responsabilidad de los otros puede a veces ocultar nuestra propia parte en el asunto… y es importante destacar que el tránsito es responsabilidad de todos. Es fundamental el respeto que tengamos de las normativas, la adopción de medidas de seguridad, el autocuidado y cuidado del otro. Pero si de prevención hablamos la educación es una de las claves, y debe abarcar a todos los niveles de acuerdo a su grado de comprensión y desarrollo. Educación en el colegio, pero también en casa, en el trabajo, en el club. Hay que visibilizar estos temas y que sean parte de nuestras conversaciones.

Los accidentes de tránsito son eventos disruptivos y aunque puede sentirse que nos toma por sorpresa, en su gran mayoría son predecibles. Tienen un gran potencial traumático, pudiendo generar consecuencias tanto físicas como psíquicas. El apoyo emocional a las víctimas y sus familiares es importantísimo, y es otra de las grandes tareas que debemos procurar. “La ayuda y atención a las víctimas del tránsito y las familias que han perdido a un ser querido debería ser parte integral de la respuesta inmediata. Al igual que en cualquier otra enfermedad, la prevención no puede ser el único enfoque. Toda estrategia debe incluir acciones paliativas. Los servicios para las víctimas (acceso a información importante, ayuda legal, tratamientos de fisioterapia, asesoramiento, obtención de sillas de ruedas u otro aparato de rehabilitación y servicios de cuidado asistencial) deben ser planificados y proporcionados por el gobierno, las agencias no gubernamentales o el sector privado.” (OMS, OPS, Fevr, Road Peace).

¿Por qué recordamos a las víctimas del tránsito? En primer lugar, para conmemorar a los fallecidos y lesionados en accidentes viales y a sus familiares. Pero también es un día para recordar. Alguien que atravesó un accidente vial y sobrevivió, no lo olvida más…  los que tienen que recordarlo son los otros. “Gracias a la capacidad para contemplar el pasado, el ser humano está en condiciones de planificar el futuro.” (Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel- Estrellas Amarillas). Tenemos que recordar para dejar de repetir, para que haya otro camino posible.

Estamos llegando al final de un año agotador, difícil y como comenté en otra nota “¡queremos que termine ya!”. Por otro lado, se acercan las celebraciones de fin de año y quizá para algunos también las tan ansiadas vacaciones. Pero quiero hacerles un pedido. Que las ganas de vernos no sean con prisa al volante, que las celebraciones no se “manejen” con alcohol, que el tan esperado descanso no nos agarre distraídos en la vía pública. Una vez más y hoy más que nunca, nos cuidamos entre todos.