El canciller argentino defendió la transparencia del proceso de adjudicación de áreas offshore y recordó que la ley de hidrocarburos fue posterior a la operación de Tullow Oil en la cuenca Malvinas.El canciller Jorge Faurie dialogó con la prensa fueguina sobre varios puntos vinculados con la soberanía en Malvinas, comenzando por la adjudicación de áreas offshore a empresas británicas. “La adjudicación de las 18 áreas petroleras no están en la Cuenca de Malvinas –aclaró-. Hay una conectividad geográfica en la zona y están ubicadas en aguas argentinas, sobre la plataforma continental. Esto claramente corresponde a las aguas del Mar Argentino y son 18 zonas para exploración para determinar si hay posibilidades de extracción y saber si hay más recursos de petróleo o de gas. Esto forma parte de riquezas de Argentina que todos los argentinos queremos poner en movimiento, para la venta de petróleo o de gas, o para la utilización dentro de nuestro sistema productivo energético”, dijo a un medio riograndense.
“Es muy importante ser serios, y son concesiones en la zona del mar territorial argentino. Las empresas que se han presentado son diversas, algunas son estrictamente argentinas y otras que tienen asociaciones con empresas extranjeras; hay conglomerados de trascendencia internacional como la empresa Shell y, para hacer extracciones en aguas profundas, se necesita tener un capital importante, porque son perforaciones caras. Es una inversión que se estima en 700 millones de dólares y el hecho de que estén dispuestos a gastar hasta esa cantidad preanuncia que tienen expectativas de que haya recursos importantes para su extracción. Esto forma parte de la necesidad de producir y que la producción se traduzca en beneficios para los argentinos”, remarcó.
Consultado puntualmente sobre la empresa británica Tullow Oil, dijo que “la empresa estuvo en su momento en aguas en disputa con el Reino Unido, durante el período 2004-2005. Hubo objeciones de Argentina que fueron aceptadas y la empresa dejó de participar. Las leyes de hidrocarburos son del año 2011 y 2013 y, como en todas partes del mundo, no son retroactivas”, sostuvo.
Respecto de la falta de un estudio de impacto ambiental, informó que “la Secretaría de Energía valoró todos los elementos para hacer un proceso de exploración. Hay gran cantidad de actividad pesquera y petrolera en gran parte del mundo hecha por distintos países, y hay suficientes recaudos ambientales para proteger una y otra actividad. No me cabe duda de que las empresas que han participado y han recibido la adjudicación, son empresas con códigos importantes en materia de protección ambiental y los obliga a estar atentos a hechos fortuitos que pudieran causar daño al ambiente. Todas las empresas participantes celebraron la transparencia con que se hizo todo este proceso licitatorio y saludan esta actitud del gobierno argentino, que online mantuvo permanentemente todo el proceso de consulta, y el proceso de adjudicación fue visto en todas partes del mundo”, dijo.
Consultado sobre el rechazo de Cambiemos a la Ley Malvinas, indicó que “no lo definiría como un rechazo, sino que el Poder Ejecutivo tiene reparos y objeciones que tienen que ver con las facultades que le competen al Poder Ejecutivo como responsable primario de las negociaciones que conducen a los acuerdos que deberán ser a posteriori aprobados o rechazados por el Congreso de la Nación, que tiene comisiones específicas de relaciones exteriores. Esto no quita que la Cancillería tenga amplia conciencia de que en el proceso negociador deben ser consultadas las partes. Ahora, la facultad de celebrar el acuerdo y de firmarlo, es del Poder Ejecutivo”, sentenció.
“Acá se ha hecho una gran construcción que tiene un rédito político que le servirá a quien le quiera servir, al transformar en un acuerdo una hoja de ruta que no lo es”, señaló sobre el acuerdo Foradori-Duncan.
“Hay un margen donde el Poder Ejecutivo, en ejercicio de las facultades que le confiere la Constitución nacional, puede llevar adelante procesos negociadores”, remarcó. De pretender establecer limitaciones, deberá previamente reformarse la Constitución, según su criterio: “Siempre está la facultad de todos los argentinos de decidir encarar una reforma constitucional para definir de manera diferente cómo se lleva adelante la política exterior”, expresó.
Finalmente destacó los logros de la política que lleva adelante el gobierno de Macri: “Desde hace casi dos años hemos trabajado para superar una desconfianza histórica que quedó instalada luego del conflicto del año ’82. Esto fue acentuado por una cantidad de medidas que se adoptaron en los años precedentes y no crearon ningún tipo de vínculo positivo con el Reino Unido. Por eso se tomaron distintas áreas de trabajo, como la conservación y preservación de los recursos pesqueros, a través de la subcomisión de pesca; lo que se hizo en materia de defensa, para poder recrear confianza y al mismo tiempo lograr que las fuerzas armadas puedan recibir equipamiento, acceder a repuestos y piezas que son de origen británico u otro origen, porque el Reino Unido ponía una objeción por temas de seguridad y felizmente eso se ha superado”.
“Hemos hecho muchos trabajos de intercambio en materia de ciencia y tecnología. En este momento está partiendo por segunda vez una gran misión empresarial, de empresarios nucleados en la cámara de comercio argentino-británica, que buscan oportunidades de negocio en el mercado británico. Hemos también generado un vínculo adicional para que los argentinos puedan viajar a las Islas Malvinas, uniendo la parte continental con la insular. Tenemos el reconocimiento de los soldados caídos en Malvinas que estaban sin identificar y ahora tenemos solamente diez tumbas que no tienen una identificación asignada, pero se continúa trabajando”, señaló.
“Todo esto ha sido posible porque hemos logrado tener un diálogo tratando de crear confianza. Recreando confianza y compartiendo intereses, en algún momento llegará a la mesa la discusión de soberanía”, confió.
“El análisis de áreas de complementación no va en contra de ninguno de los elementos de nuestra soberanía. Tener cooperación tecnológica, cooperación antártica, que haya negocios, que haya inversiones en nuestro país, no afecta nunca nuestra discusión de soberanía. Compraremos, venderemos, investigaremos juntos, iremos a la Antártida, pero siempre nos quedará pendiente cómo resolvemos nuestro reclamo de soberanía, y Argentina insiste en los títulos que motivan su reclamación”, concluyó.
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