Con celeridad, efectivos de la Comisaría Sexta de Río Gallegos asistieron a Liam, una criatura de 9 meses, cuando -por un descuido- casi se ahoga. Desde la Jefatura felicitaron a los agentes. «Si llegaban más tarde, no sé que podría haber pasado», dijo el padre.
Desde que se decretó, en el año 2016, la nueva Ley de Seguridad Pública Provincial, desde el Gobierno se impulsa que los efectivos policiales estén más cercanos a la comunidad y sean los primeros representantes del Estado en caso que la población los necesite ante cualquier eventualidad, más allá de hechos delictivos.
En este caso, el oficial Lucas Alfaro y los cabos Carlos Santana y Cristian Ceballos, que se desempeñan en la Comisaría Sexta de Río Gallegos, debieron acudir a una reunión familiar del barrio Del Carmen, tras el llamado de una joven porque un bebé se estaba asfixiando luego de tragar una chapita de cerveza.
Esta es la historia de Liam, un bebé de 9 meses que, en la noche del sábado, había ido con sus papás, Walter Caucaman y Belén Paredes, a una reunión familiar en la casa de la mamá de su papá.
El motivo de la reunión familiar era el aniversario de la muerte del padre de Walter y el lugar elegido fue la casa de su mamá, emplazada en la calle French al 100. El menú era un pollo al horno.
La noche era perfecta hasta cerca las once y media. De sobremesa, la sobrina de Walter se percató que Liam se estaba asfixiando, por lo que llamó al Comando Radioeléctrico.
Walter y Belén viven a unas pocas cuadras de la casa donde ocurrió todo, en una vivienda ubicada en la calle Heraldo del Sur. Ellos le abrieron sus puertas al equipo de La Opinión Austral y comentaron cómo vivieron la situación. “Cada segundo duró una eternidad y no se sabe qué hacer”, dijo el hombre, quien además se desempeña en el Servicio Penitenciario Provincial, por lo que también es parte de la familia policial.
“La que llamó al Comando (Radioeléctrico) fue mi sobrina, ella se dio cuenta y yo lo único a lo que atiné fue a ver que tenía la tapita a la altura de la campanita”, continuó relatando el hombre y agregó: “Después lo llevamos afuera de la casa por el flujo de aire y le di golpecitos en la espalda, hasta que la tapita salió”.
La tapita en cuestión había sido dejada por alguien en una mesa ratona. “Liam andaba en su andador y, como la curiosidad es mucha, se la mandó a la boca”, comentó Belén a este medio, con más calma luego de los momentos de tensión.
“Ella (por Belén) iba a pedirle al vecino de al lado que los llevaran al hospital, pero yo no le dije nada que capaz Liam no iba a aguantar”, dijo Walter sobre lo que pasó en esos segundos que parecieron horas. “Él, por ser hombre, capaz tiene la cabeza más fría, yo me bloqueé”, dijo Belén, quien trabaja en un jardín maternal dando copas de leche.
Luego llegaron los policías y, más tarde, una ambulancia para atender al bebé. “Nos dijeron que no presentaba nada malo y que no hacía falta que lo trasladaran, nosotros ahí recién nos quedamos tranquilos”, comentó Belén.
“Uno en momentos de desesperación no sabe a quién llamar y siempre atina a llamar a la Policía”, dijo el padre de familia. “Destaco el labor de los policías que trabajaron, pero no pude ubicar a ninguno, tenían barbijos puestos, pero les agradezco mucho”, dijo Walter
El padre de Liam no escatimó en elogios a sus camaradas: “Destaco la rapidez con la que llegaron, si llegaban más tarde, no sé que podría haber pasado”.
En paralelo, desde la Jefatura de la Seccional Sexta también felicitaron a los efectivos que trabajaron en el requerimiento y se espera que en las próximas horas la Dirección Regional Zona Sur haga lo mismo.(La opinion Austral)
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