Desde los últimos meses del año pasado la estadística de uniformados que se quitan la vida no deja de incrementarse dramáticamente.
El último hecho se registró en horas de la madrugada del lunes 18 de marzo en Río Grande, en donde el oficial ayudante Gastón Reynoso, de 26 años de edad, se pegó un tiro. La familia policial está sumida en el estupor y el dolor y continúa reclamando mayor contención psicológica.
Una nueva pérdida humana se registró en las filas policiales fueguinas, el lunes 18 de marzo último, al tomar uno de sus integrantes la decisión de quitarse la vida valiéndose de su arma reglamentaria. El desgraciado suceso comenzó a ser presentido por efectivos policiales de la comisaría 1era de Río Grande en horas de la noche del domingo, quienes recibieron en sus teléfonos celulares mensajes de despedida de su camarada Gastón Reynoso, en goce de franco de servicio. Alarmados concurrieron al domicilio del muchacho de 26 años de edad, en calle Coronel Zelaya al 800, en la Margen Sur, en donde confirmaron sus temores al encontrarlo moribundo, y con una herida compatible con arma de fuego.
Trasladado en una ambulancia al Hospital Regional Río Grande, Gastón Reynoso fue asistido por el personal médico de la guardia, falleciendo minutos después sin que nada se pudiera hacer por él debido a la gravedad de la lesión autoinfligida.
Momentos más tarde peritos de la División Policía Científica trabajaron en el lugar, descartando posteriormente indicios de criminalidad o intervención de terceras personas.
Siguiendo los protocolos de rigor para este tipo de casos, el Juzgado interviniente dispuso que los restos del joven oficial sean sometidos a una autopsia y luego entregados a sus familiares.
Conocida la noticia, inmediatamente las redes sociales se colmaron de comentarios sobre la alarmante reiteración de este tipo de hechos desde el mes de octubre del año pasado hasta la fecha, predominando el reclamo de una mayor asistencia y contención psicológica, revisión de las condiciones laborales y de las relaciones entre subordinados y jefes, entre otros aspectos conflictivos en la institución.
Si Usted, o algún familiar o allegado suyo, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, no dude en llamarnos: (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país).
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