Aunque de los cinco proyectos de reglamento interno propuestos se eligió el de los constituyentes de “Más Ushuaia”, como base, la tarea quedó inconclusa.
Después de 9 horas de maratónico trabajo de comisión – comenzaron a las 9 y terminaron a las 18 – los constituyentes no lograron ayer delinear las reglas para el funcionamiento de la Convención. En un espacio inadecuado por sus escasas dimensiones y sin un mínimo presupuesto para comprar agua o alguna vianda, avanzaron a medias, quedando pendiente para hoy, la definición del disputado “doble voto” para desempates, entre otros puntos polémicos.
La primera reunión de comisión de los 14 convencionales constituyentes electos el pasado 15 de mayo para que revean el articulado de la Carta Orgánica Municipal aprobada hace 20 años atrás, se extendió por nueve maratónicas horas.
Dado que la presidente de la Legislatura fueguina y convencional por el MPF, Mónica Urquiza, cedió el uso del recinto legislativo sito en la calle Yaganes 683 solo para las sesiones de debate, pero no para las de comisión, ayer martes 19 de julio, el lugar de trabajo fue el salón del Concejo Deliberante. Pese a que el Municipio había puesto a disposición el amplio espacio Actuar, en el barrio Monte Gallinero y la sala Niní Marshall, en la Casa de la Cultura, la quejosa letanía de los convencionales Javier Branca, Liliana “Chispita” Fadul y Valter Tavarone, de sesionar en instalaciones del Concejo “para no despilfarrar”, terminó por aglutinar a decenas de personas en un espacio peligrosamente mínimo.
Prácticamente hacinados, acalorados, con sed y hambre por momentos, los 14 elegidos ocuparon el recinto junto a asesores, empleados de planta, de prensa y público, con el COVID, encima, acechando amenazante. Esto último no es un detalle menor en una ciudad que no deja, al igual que Río Grande, de contar con números crecientes de contagios solo evitables si se guarda distancia física. Y si además durante largas horas se habla ininterrumpidamente, se ríe a carcajadas e inclusive se grita, como es lógico que ocurra en una comisión de análisis, no es dificil imaginar cuánto tiempo pasará para que comiencen a registrarse ausencias a consecuencia de las nubes de microgotas que flotan sobre las bancas…
Durante la mañana, en la edición de Diario Prensa Libre, el convencional Ramiro Requejado había amargamente señalado: “Todo es un pero… todo es una discusión”, aludiendo a la lentitud y la falta de avances de la Convención, en contraste con el ritmo característico de la actividad privada a la que pertenece. Y ayer volvieron a manifestarse las desinteligencias y la pérdida de tiempo. Fueron necesarias muchas horas para avanzar en apenas un par de puntos, con un “pero” a cada paso. Solo promediando el trabajo, se lograron consensos y en base al proyecto presentado por los convencionales de la lista mayoritaria “Más Ushuaia”, sobre cinco propuestos, se consiguieron varios acuerdos. Salvo, como era de esperarse, en lo que respecta al “comodín” del que todos – o casi todos – quieren apropiarse: el doble voto del desempate. Ese tópico y otros más o menos polémicos, se abordarán hoy miércoles, en otra sesión que promete ser la última para definir cuestiones organizativas. Con el reglamento interno definido entonces sí, los vecinos verán a sus constituyentes abocarse a los temas de fondo. Es lo que los vecinos esperan, al menos. ¿Ocurrirá?.
¿Espíritu de austeridad o demagogia?
El martes 19 de julio quedará en el recuerdo de quienes estuvieron en el recinto del Concejo Deliberante como un día de sed, hambre y calor sofocante. Apretujados literalmente, los convencionales constituyentes –en aras de una supuesta austeridad promovida siempre por los mismos actores – no solo no lograron crear el necesario reglamento interno para comenzar a funcionar sino que ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo en la aprobación de un presupuesto mínimo para comprar ¡agua!. Fue el presidente del Concejo y convencional Juan Carlos Pino quien se ofreció a comprar algunos packs de botellitas del vital elemento, acompañado por la iniciativa del constituyente Ramiro Requejado, de ceder gratuitamente algunas viandas traídas de sus locales, ante el elocuente ruido de tripas por tantas horas transcurridas en las bancas…
La misma y absurda postura se puso de manifiesto, otra vez por parte de los convencionales Fadul, Tavarone y Branca, ante la sugerencia de trasladar el reducido ámbito de debate de las comisiones al amplio salón del Espacio Actuar, adonde solo se deberían trasladar los mismos muebles – escritorios, sillas y armarios propiedad del Concejo Deliberante – para poder sesionar con comodidad y a una distancia prudente.
Ante el «no» crónico del partido Somos Fueguinos y de la agrupación Sí Ushuaia, con la expresión «me opongo» siempre a flor de labios por un lado, por el otro hubo una tibia condescendencia del resto de los convencionales, que no hicieron prevalecer criterios de sensatez. Si la pandemia y las estadísticas sanitarias son contundentes: ¿seguirán los 14 convencionales ignorándolas?. ¿Alguien se atreverá a exigir sentido común aún a costa de tener que padecer alguna que otra rabieta, palabras con tono de sermón o gestos crispados?. Los convencionales tienen la palabra.
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