Es la primera vez que sucede tras once años de iniciada la causa. Hay más de 120 denuncias de ex combatientes por estaqueamientos, golpes y enterramientos.
A once años de iniciada la causa por torturas durante la guerra de Malvinas, 18 militares deberán declarar ante un juez. Están acusados de estaquear, golpear y enterrar a soldados bajo su mando en el enfrentamiento armado entre Argentina y Gran Bretaña en 1982 y fueron denunciados por más de cien ex combatientes de distintos lugares del país.
La citación a prestar declaración indagatoria fue ordenada por el juez Federal de Ushuaia Federico Calvete, a partir del pedido presentado en mayo de este año por el fiscal federal de Río Grande, Marcelo Rapoport. El llamado, que aún no tiene fecha, alcanza a 18 de los 95 militares denunciados en la causa, iniciada en 2007.
Es la primera vez que un juez llama a indagatoria a los militares denunciados en la investigación, que durante once años se mantuvo sin avances. “Es un verdadero punto de inflexión, por primera vez en más de una década, los denunciados estarán frente a frente con el Juez, y se les expondrán los delitos de los que los acusa”, explicó el abogado Jerónimo Guerrero Iraola, representante del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de La Plata, a cargo de la querella.
El pedido del fiscal Rapaport, que incluía la detención de 26 acusados, alcanzaba 22 hechos de torturas ocurridos en la Isla Gran Malvina, en el ámbito de la Fuerza de Tareas Yapeyú, donde se desempeñó el Regimiento de Infantería N°5.
Según la investigación, los acusados “habrían ordenado y ejecutado diversos actos de tortura, entre ellos, los conocidos estaqueamientos y enterramientos” para “controlar” indisciplinas, como el robo de comida por el hambre extremo que padecían.
De acuerdo al relato de los denunciantes, los militares los ataban al suelo helado de las islas con sogas, como en una crucifixión, y los dejaban a la intemperie durante horas, mientras nevaba y se les congelaban los miembros del cuerpo. De eso se trataban los estaqueamientos, una forma de tortura que para los querellantes y diversos organismos de Derechos Humanos, constituye un delito de lesa humanidad.
También, los soldados contaron que recibían golpes, eran obligados a sumergir distintas partes del cuerpo en el agua helada o enterrados como forma de castigo por robar comida para no morir de hambre.
El grupo de ex conscriptos platenses lleva años “en la producción de evidencia, articulando con diversos sectores, interviniendo en forma activa en la causa”, destacó la abogada Laurentina Alonso. Por su parte, el secretario de Derechos Humanos de la entidad, Ernesto Alonso, aseguró que “noticias de este tipo son las que alimentan la esperanza de consagrar la Verdad y la Justicia y ver, efectivamente, condenados a los artífices del horror”.
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