LA AUTOPSIA CONFIRMO QUE SU DECESO SE PRODUJO POR SUMERSION
Se está investigando si se quitó la vida, si se descompensó y cayó al agua boca abajo o si el alcohol que se le detectó en sangre le impidió incorporarse por sus propios medios.
Una vecina que caminaba tranquilamente por la costa de la bahía, alrededor de las 23.30 de la cálida noche del domingo último, en la zona próxima a las letras de cemento que forman la palabra Ushuaia y a metros del acceso a la pasarela Luis Pedro Fique, se sobresaltó al encontrar a un hombre inmóvil, semi sumergido y boca abajo.
A poco de pedir auxilio se hizo presente un patrullero policial cuyos efectivos rápidamente ingresaron al agua y agarraron de los brazos al hombre para trasladarlo a la orilla. De inmediato se comenzó a aplicar el protocolo “del primer interviniente en la emergencia”, que contempla la realización de prácticas de resucitación cardiopulmonar a una presunta víctima de asfixia por inmersión. Pese a que el personal policial, bomberil y del Hospital Regional Ushuaia le efectuaron repetidas veces las maniobras de RCP por el lapso de 40 minutos, Reinaldo Laime Zeballos, de 63 años de edad, dejó de existir a las 00.10 del lunes 4 de febrero.
LA INVESTIGACION
Mientras los restos de Zeballos eran trasladados a la morgue del nosocomio, en el lugar los uniformados procedieron a la confección de un acta de constatación en forma conjunta con peritos técnicos de la División Policía Científica. Anoticiado el Juzgado de la novedad, dispuso el inicio de una investigación para determinar la causa de la muerte.
El lunes en horas del mediodía se sometió el cadáver a una autopsia, cuyo resultado determinó que el deceso sobrevino por sumersión (la víctima se ahogó) y se certificó la existencia de alcohol en sangre, por lo que se deduce que el fallecido pudo haber estado alcoholizado al precipitarse al agua.
Aunque la investigación se encuentra en curso, la Justicia autorizó la entrega del cuerpo del occiso a su hija, para que la familia pueda realizar los rituales funerarios de rigor.
La investigación tratará de determinar cómo es que el sexagenario se ahogó a aproximadamente un metro de distancia de la playa, considerando para ello que Zeballos se descompensó, perdió el equilibrio y cayó boca abajo al agua debido a un problema de salud o estado de ebriedad o que se quitó la vida, en caso de que no haya sabido nadar.
Mientras tanto la causa permanecerá abierta bajo la carátula “muerte dudosa”.
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