ELLA COMPRABA MERCADERIA EN PUNTA ARENAS Y LA VENDIA POR FACEBOOK. EL, OFICIABA DE FLETERO DESDE SAN SEBASTIAN A RIO GRANDE.
Desde ayer lunes 23 de abril, Mónica Verónica Ojeda, inspectora de tránsito de la Municipalidad de Río Grande y Gustavo Franzen, oficial de la Policía de Tierra del Fuego, apartado preventivamente de sus funciones, debieron comparecer en la sede del Tribunal Oral Federal de la ciudad de Ushuaia en donde se los comenzó a juzgar por el delito de contrabando agravado.
Como ya publicara Diario Prensa en esa época, a bordo de un patrullero de la Policía provincial, en el mes de mayo de 2014, una gran cantidad de mercadería chilena atravesó la frontera de San Sebastián e ingresó al país, siendo descubierta la maniobra por personal de la Aduana y de Gendarmería Nacional.
La mujer ya venía llamando la atención del personal de control de frontera, dado que sus cruces, con destino la ciudad de Punta Arenas, eran frecuentes. Bastaba ver su cuenta de Facebook además para percatarse de que los productos que compraba en Chile, sin declarar, luego eran vendidos a través de las redes sociales.
En esta ocasión, la inspectora de tránsito no traía equipaje de ningún tipo, determinándose con sorpresa que la compra que había hecho en Punta Arenas, la había ido a buscar a un sitio próximo a la ruta y al puesto fronterizo, un patrullero policial, conducido por el oficial Frazen.
Vale destacarse que dado que el tipo de delito del que se trata contempla penas desde los 4 años de prisión, se podría haber omitido la etapa de debate, alternativa que no fue posible debido a que los presuntos delincuentes revisten calidad de funcionarios públicos en ambos casos.
Por tratarse de un policía y de una inspectora municipal, el delito se tipificó como “contrabando agravado”, razón por la que ambos sujetos tuvieron que comparecer personalmente ayer por la mañana a la sede judicial y deberán asistir a cada una de las audiencias de debate del juicio que los tiene como protagonistas, siendo la segunda, hoy martes.
POR UN HECHO DESCUBIERTO EN SAN SEBASTIAN POR PERSONAL DE GENDARMERIA NACIONAL Y DE LA ADUANA, Y EN LA QUE ESTAN, HASTA EL MOMENTO, INVOLUCRADOS DOS FUNCIONARIOS PUBLICOS, UN OFICIAL DE LA POLICIA PROVINCIAL Y UNA EMPLEADA MUNICIPAL, FUE PASADO A RETIRO EL JEFE DE LA DIRECCION DE SEGURIDAD ZONA NORTE
La Justicia Federal investiga si se trata de un contrabando “hormiga”
A pocas horas de realizarse el acto del Día de la Policía, en la localidad de Tolhuin, los funcionarios de la institución estaban conmocionados ante la noticia de que un Gendarme de apellido Luna y un empleado de la Aduana Argentina, apellidado Yoma, habían dado la voz de alerta sobre la comisión del delito de contrabando por parte nada menos que de un integrante de la Policía provincial. Las primeras informaciones sindicaban al titular del destacamento policial de San Sebastián, el oficial principal Gustavo Franzen, de más de diez años de antigüedad en las filas, como el conductor del patrullero en cuya caja se descubrió una gran cantidad de mercadería adquirida en Punta Arenas y no declarada en los puestos de control de ingreso a nuestro país.
El hecho ocurrió precisamente cuando Gendarmería Nacional se encontraba investigando el accionar sospechoso de una mujer identificada como Mónica Ojeda, empleada de la Municipalidad de Río Grande, quien solía cruzar los puestos fronterizos con frecuencia y a la que ya el 10 de abril del corriente año se le habían secuestrado 100 pares de calzado que intentó en vano ocultar en su vehículo. Ojeda vendía la mercadería que adquiría en Punta Arenas, a través de su página de Facebook. Cuando la mujer traspuso la frontera, su automóvil estaba – contrariamente a lo que suponían los investigadores que operaban a las órdenes de la Justicia Federal – completamente “limpio”. No obstante, poco después de que la mujer continuara viaje, les resultó llamativo que el único patrullero apostado en el destacamento policial provincial, manejado por el oficial responsable en persona, Gustavo Franzen, sin acompañantes, se desplazara hacia territorio argentino, con su caja cargada de bultos. Sí fue increíble descubrir que esos bultos correspondían a mercadería nueva de todo tipo, desde LCD de 46´a chocolates y desde calzado a Play Station última versión. Al requerirle los gendarmes al policía que mostrara lo que transportaba, mayor fue la sorpresa cuando el uniformado explicó que él en realidad lo único que hacía era “ayudar” a la compradora de los elementos, intentando casi ridículamente deslindar su responsabilidad en el gravísimo hecho.
Posteriormente se pudo constatar – por los propios dichos que terminaron por incriminarlo aún más – que él trasladaba los elementos no declarados, de procedencia chilena, hasta el alambrado limítrofe entre los dos países, en donde ambos, Franzen y Ojeda, volvían a cargarlos en el automóvil de la mujer que seguía circulando por la Ruta Nacional Nº 3, ya despreocupada de cualquier control.
A partir de ese momento se formalizó una causa judicial que tiene, en una primera instancia, al policía Gustavo Franzen y a la ciudadana Mónica Ojeda como imputados de la comisión del presunto delito de contrabando; y por incumplimiento de los deberes de funcionario público, además, en el caso del uniformado, quien habría abusado de la confianza pública que se le había depositado como responsable de un destacamento fronterizo, para obtener beneficios personales ilícitos.
A raíz de lo ocurrido, se dispuso el allanamiento de la vivienda particular de ambos involucrados como así también, en las últimas horas, del destacamento policial de San Sebastián. Las últimas medidas que trascendieron también se refieren a la decisión confirmada por parte del Gobierno de Tierra del Fuego de apartar de la institución y pasar a disponibilidad – mientras se sustancia la causa – al oficial principal Gustavo Franzen y la instrucción de un sumario administrativo para determinar algún tipo de responsabilidad en el hecho a los dos policías que conformaban la planta del destacamento San Sebastián, un suboficial y un escribiente, junto a al imputado. La medida más reciente fue la del forzoso pase a retiro del oficial mayor Marcelo Merialdo, por ser responsable jerárquicamente del destacamento fronterizo, desde la función que ocupaba al frente de la jefatura de la Dirección de Seguridad Zona Norte.
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